En un
sistema democrático que, por definición, reconoce la existencia de diversas
ideologías, se debe estar abierto a escuchar distintos enfoques sobre los
elementos que configuran nuestra vida social. Cada agente político, económico o
social está en su derecho de explicar cómo ve la sociedad y cuáles son las
recetas que, desde su punto de vista, sería necesario aplicar para que esa
sociedad se parezca cada día más a la correspondiente a su ideario. Lo que no
es de recibo es que ese análisis se haga desde la mentira o, peor aún, desde la
consciente utilización de medias verdades que acaban siendo dobles mentiras.
Pero, por desgracia, ésta es la actitud que hoy en día impregna la mayoría de
los temas a debate en la política española y más cuando desde posiciones
ultracentralistas se tratan temas vascos como el Concierto Económico y el Cupo.
En el último episodio se han añadido como aderezo el déficit de la Seguridad
Social y las pensiones de los vascos para asegurar que el déficit del sistema
de pensiones lo pagan todos los españoles con sus impuestos, menos los
vascos y los navarros.
El
ideólogo de esta falsedad es el economista televisivo Juan Ramón Rallo y el
origen el artículo “Haciéndonos
cargo de las pensiones vascas y navarras” publicado en el Confidencial el 15-10-2021. Según Rallo, el Estado había
transferido a la Seguridad Social 36.300 millones de euros para que los
contribuyentes se hiciesen cargo de una parte de sus gastos impropios. A partir
de ahí, utilizando un erróneo concepto de Cupo, afirmaba que el correspondiente
a ese año debiera incrementarse, según sus cálculos, entre 1.800 y 2.100
millones de euros para la Comunidad Autónoma Vasca y entre 500 y 540 MM€ para
Navarra. Como el Cupo no se iba a aumentar eso suponía, según él, que los
ciudadanos de ambas comunidades autónomas estaban recibiendo un “regalo” a
costa de los contribuyentes del resto de España.