miércoles, 29 de noviembre de 2017

Cupo: Incomprensibles desconocimientos, peligrosos posicionamientos

El pasado jueves 23 se aprobaron en el Congresos de los Diputados los proyectos de ley correspondientes a la Modificación del Concierto Económico y a la metodología de señalamiento del cupo del País Vasco para el quinquenio 2017–2021. Dos leyes que han generado numerosos debates en los que se ha puesto de manifiesto, una vez más, incompresibles desconocimientos por parte de personas que por su profesión de político, periodista o experto en temas hacendísticos, debieran conocer la materia sobre la que están decidiendo, informando o estableciendo criterio de cara a la ciudadanía. Y en este ámbito las incorrecciones han afectado no sólo a quienes desde el Estado se han posicionado en contra de ambas leyes, sino también a políticos, periodistas y expertos que desde Euzkadi, deberían estar más obligados, si cabe, a conocer las bases fundamentales de estos pilares de nuestro autogobierno.

En esta ocasión, además, la discusión ha afectado al procedimiento mismo de tramitación de ambas leyes, dando como consecuencia peligrosos posicionamientos en relación al cuestionamiento del pacto bilateral entre la Comunidad Autónoma Vasca que el Concierto Económico representa.

Desde mi condición de ciudadano vasco comprometido con la defensa y profundización de nuestro autogobierno, en las próximas líneas voy a tratar exponer algunos de los desconocimientos demostrados estos días, que sin duda se repetirán cuando le llegue el turno a su tramitación en el Senado. Lo haré centrándome en lo referente al Cupo ya que, si bien el resultado de las votaciones en la tramitación de ambas leyes ha sido prácticamente el mismo, ha sido el concepto de Cupo el que más debate y posiciones de desconocimiento ha generado.


El primer desconocimiento viene de afirmaciones como “no estamos en contra del Concierto Económico, sino de Cupo” como si ambas figuras pudieran separarse y una no tuviera nada que ver con la otra. Pues bien, el Cupo no es que no sea algo separable del Concierto Económico, sino que el propio concepto de cupo viene definido en el artículo 49 de la Ley 12/2002 del Concierto Económico en los siguientes términos: "La aportación del País Vasco al Estado consistirá en un cupo global, integrado por los correspondientes a cada uno de sus Territorios Históricos, como contribución a todas las cargas del Estado que no asuma la Comunidad Autónoma del País Vasco."  Términos recogidos textualmente, como no podría ser de otra manera, de los principios y bases del régimen de Concierto recogidos en el Estatuto de Autonomía del País Vasco (Artículo 41.2 d).

A partir de aquí toda una serie de desconocimientos o definiciones interesadas sobre lo que se paga o se deja de pagar con él. El Cupo no es “el pago al Estado por lo que este se gasta en beneficio de los residentes de la CAPV” como reiteradamente sostiene algún catedrático de Hacienda Pública, la última vez el pasado jueves en Euskal Telebista, ni “la cantidad que las que las instituciones vascas pagan al Estado por las competencias que ejerce en Euskadi” como transcribió en las redes sociales un periodista radio-televisivo vasco. Con el Cupo se paga la parte acordada (6,24%) del gasto del Estado en las competencias que la Comunidad Autónoma Vasca no ha asumido, bien porque no están en su Estatuto de Autonomía o porque, no habiéndose cumplido éste a día de hoy, estén todavía sin trasferir. Las ejerza en beneficio o en perjuicio de los vascos y da lo mismo que su gasto se materialice en Bilbao, Barcelona, Sevilla o Madrid. En Bruselas, Rabat o Pekín. Se paga el 6,24% de los importes que por ellas aparezca consignado en los Presupuestos Generales del Estado. Aún en el caso de que la recaudación fuese mal. Pequeño detalle éste que a menudo es olvidado por quienes una y otra vez piden la paga a papá Estado tras haberse gastado importantísimas cantidades de dinero en la construcción de aeropuertos que no reciben aviones o ciudades de las artes y las ciencias que no han sido capaces de aguantar ni la lluvia ni el sol.

Los partidarios del “no” en las votaciones en el Congreso esgrimieron además argumentos de corte demagógico como que el Concierto Económico alimenta el agravio comparativo con las comunidades de régimen común, proponiendo su eliminación (Ciudadanos), o que es "inconcebible que un niño valenciano tenga menos derechos que un niño vasco" (Compromis). Estas acusaciones de insolidaridad eran alentadas por el informe que sobre la nueva ley del Cupo realizó otro experto del que diversos medios se hicieron eco, e incluso fue citado en el hemiciclo, en el que se afirma que las competencias estatales no transferidas al País Vasco están infravaloradas “entre las que juega un papel importante la nivelación interterritorial”. Pues bien quienes esto afirman vuelven a desconocer el Concierto Económico y el Cupo. Y la Constitución.

Cuando el sistema del Concierto Económico determina el pago de un Cupo al Estado por las competencias no asumidas es porque, con la gestión de los impuestos concertados se va a hacer cargo de la prestación de las competencias que sí ha asumido. Pero, aunque sea una obviedad, parece que hay que aclarar que su responsabilidad sobre la gestión de estas competencias se circunscribe única y exclusivamente al territorio de la Comunidad Autónoma de Euskadi. Es al Estado al que le compete el ejercicio de esas competencias en su territorio y, en consecuencia, dotarse de los recursos suficientes para garantizar los niveles de servicio que él estime oportuno. Da igual que las ejerza de forma directa o se las transfiera a las Comunidades Autónomas. En ningún caso el País Vasco es responsable del gasto por niño en educación o sanidad en Valencia, Galicia o Extremadura, comunidad esta última donde, dicho sea de paso, sus dirigentes alardeaban de camas individuales en hospitales públicos y ordenadores en las escuelas (y además pretendían que se pusiera un aeropuerto en Cáceres) cuando ni una ni otra cosa existían en Cataluña, ni en Euzkadi. Es un problema de insuficiencia o mal reparto de los fondos asignados en la Ley de Financiación Autonómica, no del Concierto ni del Cupo. Una responsabilidad del Estado. No de la Comunidad Autónoma Vasca.

El desconocimiento de la Constitución deviene de que esta Ley, tan socorrida últimamente en los debates en el Congreso, determina en su artículo 158.2 que “Con el fin de corregir desequilibrios económicos interterritoriales y hacer efectivo el principio de solidaridad, se constituirá un Fondo de Compensación con destino a gastos de inversión, cuyos recursos serán distribuidos por las Cortes Generales entre las Comunidades Autónomas y provincias, en su caso.”  Pues bien, ese Fondo de Compensación que hace efectivo el principio de solidaridad y que trata de nivelar los desequilibrios interterritoriales es una de las competencias no asumidas recogidas expresamente en el Concierto Económico. Además, el porcentaje por el que se contribuye a financiar dicho Fondo, y el resto de cargas no asumidas, el por todos conocido 6,24%, es superior tanto a los porcentajes que la población (4,8%) o el PIB (6,1%) de la Comunidad Autónoma Vasca representan en relación al Estado. Se está teniendo en cuenta la capacidad económica del País Vasco como la de cualquier persona física o jurídica a la hora de calcular su tributación directa. En consecuencia, no cabe decir que el Cupo sea insolidario.

También ha resultado controvertida la tramitación. Como si fuese la primera vez que se tramita una ley que tiene que ver con el Concierto Económico o con el Cupo. Se ha puesto de manifiesto el desconocimiento de que desde 1981, sin contar las que ahora están en tramitación se han aprobado 10 leyes relacionadas con el Concierto Económico y 6 con el Cupo. Todas por el mismo procedimiento de lectura única, como los tratados internacionales. Porque, además, todas las leyes de Concierto Económico o Cupo son de artículo único mediante el que se aprueba o rechaza pacto entre las partes recogido en un texto anexo firmado por unanimidad por quienes han participado en la negociación reunidos en la Comisión Mixta del Concierto Económico, con composición paritaria entre Estado y Comunidad Autónoma y, dentro de ésta, entre Gobierno Vasco y Diputaciones Forales. Pretender entrar a  analizar cada detalle del Concierto o del Cupo en sede parlamentaria, es romper la esencia de ese contrato, de ese pacto. No me imagino a la Junta de Accionistas de cualquier empresa discutiendo las cláusulas del contrato con un cliente al que su Consejo de Administración ha dado el visto bueno. Entrar en esa dinámica, como ha hecho EH Bildu, supone apoyar los peligrosos posicionamientos, de quienes pretenden situar a estas dos instituciones básicas de nuestro autogobierno al nivel de cualquier otra ley, o suprimirlas. Y no vale que EH Bildu justifique su abstención en que no están de acuerdo con la liquidación de los cupos anteriores a 2017 que estaban en controversia entre las partes. Porque esas liquidaciones no eran objeto de votación ya que las mismas, como cualquiera de las que se hagan de aquí en adelante se liquidan por acuerdo de la Comisión Mixta del Concierto Económico, órgano competente para ello. Otro incomprensible desconocimiento.

Respecto a las cuantías opino que, para evitar todo tipo de controversias, tanto el archiconocido 6,24%, como el resto de los índices que intervienen en la determinación del Cupo reflejando la posición relativa de la Comunidad Autónoma Vasca en relación al Estado, deberían estar ligados a índices oficiales. Ello eliminaría discusiones estériles sobre porqué sube o baja, o si hay que pagar más o menos y posibilitaría que, como ocurre con el Concierto Económico, la vigencia de la Metodología por la que se apruebe el Cupo fuese también indefinida.


El último gran desconocimiento lo representan quienes levantan la voz porque el Cupo haya disminuido en relación al anterior. Como si no pudiera disminuirse la aportación al Estado. Quienes se echan las manos a la cabeza por la disminución de la cuantía del Cupo debieran conocer que cuando el Estado decida aportar más fondos a la Financiación Autonómica con el fin de aumentar las dotaciones para la educación, la sanidad o cualquier otra competencia de las que ya tiene asumidas el País Vasco, como están reclamando muchas Comunidades Autónomas, en la medida de que dichos fondos no provengan de una mejora en la lucha contra el fraude o de un aumento en la presión fiscal, habrá que entender que el Estado las habrá restado de dotaciones para competencias no asumidas y disminuirá en Cupo. También debieran saber que la transferencia de las 37 competencias recogidas en el Estatuto de Autonomía de Gernika que aún están pendientes de traspaso disminuirá el Cupo actual. Y no es que desconozcan, sino que olvidan o no quieren entender, que el País Vasco tiene voluntad de seguir aumentando su autogobierno, de modo que el Estado cada vez preste menos servicios "a petición o en beneficio" de Euzkadi. O ninguno.




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