sábado, 28 de septiembre de 2019

Euzkadi debe recuperar su norte



            El pasado sábado 7 de septiembre José Félix Azurmendi publicó un artículo en DEIA bajo el título ”Los historiadores vascos no están enfermos”, en él recogía que “Arzalluz eligió para mensaje último, si no epitafio, que él, como Juanito Celaya, que es a quien se lo escuchó, se sentía enfermizamente vasco” y apoyado una serie de datos recientes argumentaba que el nacionalismo vasco, a diferencia de lo que está ocurriendo en Catalunya no tiene historiadores de cabecera, es decir, historiadores que cuenten la historia desde aquí y no como nos la quieren hacer ver y escribir desde el Estado. Afirmaba también en ese artículo Azurmendi que “la mayor parte de nuestros historiadores profesionales y no pocos de nuestros políticos parecen libres de esa enfermedad”. Parecería haber leído el artículo que en el periódico de aquel día se publicaba a su izquierda. El artículo no era otro que el que bajo el título “Gallinero” firmaba el miembro del Euzkadi Buru Batzar del PNV Koldo Mediavilla, donde el autor pegaba un repaso a las noticias existentes a la vuelta de vacaciones, argumentando que el mundo parecía un auténtico gallinero. Para acabar su escrito enumeraba las incertidumbres que oteaba en el horizonte temporal próximo: “La desaceleración económica advierte de una nueva crisis. La recesión en Alemania es ya un síntoma febril del enfriamiento de la economía. La proximidad del Brexit duro. La guerra comercial entre China y Estados Unidos. La delicada situación geoestratégica en Oriente Próximo con Irán como protagonista.”. Y añadía: “Y, en casa, la Diada catalana, la próxima sentencia a los imputados del procés, la corrupción popular…”. Por mucho afecto que los abertzales tengamos con el nacionalismo catalán, la Diada y el procés, no creo que ninguno de esos asuntos ni, menos aún, la corrupción popular sean temas de nuestra casa. Seguramente fue un desliz, pero en otros tiempos no se hubiese producido.