viernes, 18 de octubre de 2024

Alderdia gara. Zein Alderdi?

 

“Alderdia gara” fue el lema utilizado por el Partido Nacionalista Vasco para convocar el último Alderdi Eguna. Un lema que, según sus organizadores, venía a destacar el papel fundamental que deberían tener las bases de EAJ-PNV en el proceso de reflexión interna cuyos ejes fundamentales se iban a anunciar el último domingo de septiembre. Sin embargo, algunos de quienes allí estuvimos, observamos cómo el “gara” dejaba de tener un sentido aglutinador, participativo, para pasar a tener el sentido contrapuesto al “zarete”. En vez de anunciar un proceso participativo, lo que Andoni Ortuzar hizo, desde la posición de ser “haiek” (él y el resto del Pleno del EBB) el Partido, fue dar el pistoletazo a una carrera de personas, personas y personas para obtener el poder en el Partido sin saber para qué se van a utilizar estos: el poder y el Partido. 


       El pistoletazo se dio pero, en mi opinión, aunque la carrera continúe, la salida fue falsa. Y lo fue porque se dio dos meses antes de lo que el “proyecto, organización, personas” hubiese determinado como lógico y porque corredores concretos han iniciado la carrera dopados con las tradicionales ayudas de las filtraciones periodísticas del, habitual en estos casos, “Señor Fuentes”.

Es importante que quienes allí estuvimos, y los alderdikides que no pudieron acudir a Foronda, nos sigamos creyendo y reivindiquemos el lema original, que manifestemos que los afiliados somos el Partido y definamos qué Partido queremos ser antes de iniciar cualquier carrera para elegir los líderes del proyecto nacional vasco.

Un partido político no se crea para ganar elecciones. Si fuese así no existiría ninguna ideología. Todos venderían lo que la sociología dice que el pueblo quiere oír. Y en alguna medida eso es lo que está pasando en la política actual, donde lo que se lleva es la adopción de medidas populistas o “políticamente correctas” olvidándose cada cual de lo que es su razón de ser, su ideología. Esto es en parte, en mi opinión, lo que ha llevado al descalabro electoral a EAJ-PNV en las últimas citas electorales.

Los partidos políticos se crean para hacer partícipe a la sociedad de un proyecto de tipo nacional o social (o una combinación de ambos), y tratar de convencer a los ciudadanos que la componen de que ese proyecto es el mejor para su futuro y, como consecuencia de ese convencimiento, la ciudadanía vote a sus candidatos y gane elecciones. A Sabino Arana le costó esfuerzo ganar elecciones, pero fue capaz de convencer, incluso a quienes en Larrazabal le criticaron, de que su proyecto era bueno para los bizkainos, en primer lugar, y también para el resto de los hermanos vascos, proclamando aquello de “Euzkotarren Aberria Euzkadi da”. Y dando pasos poco a poco, pero con ilusión y mucho trabajo por su parte consiguió que el partido que creó fuese referente en Euzkadi y que tras su muerte bajo su liderazgo ese Partido se fuese dando forma a la institucionalización de un País desde el respeto a la historia de cada uno de los Territorios que lo conforman. No es casualidad que los Estatutos de Autonomía de Estella, el aprobado en la República y el de Gernika tuviesen sustratos confederales en su configuración institucional.

Si su objetivo fuese ganar elecciones nadie se hubiese afiliado al PNB en Ipar Euzkadi (me encantó volver a oír ese término en Foronda). Seguro que en cualquier partido francés nuestros candidatos hubiesen conseguido escaños mucho más fácilmente. Pero, decidieron afiliarse al PNB, diseñar una magnifica campaña electoral y recorrer en bicicleta Lapurdi, Benafarroa y Zuberoa exponiendo pueblo a pueblo su mensaje en las elecciones europeas y volverlos a recorrer en las recientes elecciones generales francesas. Sus resultados, aunque muy escasos, van creciendo poco a poco y han resultado determinantes para que, por primera vez, un candidato abertzale consiguiese sentarse en la Asamblea Francesa. Un candidato abertzale que, curiosamente, concurrió a las elecciones ocultando sus siglas bajo las de un partido francés que está en contra del euskera.

Oculto bajo otras siglas, por uno u otro motivo, ha concurrido el Partido Nacionalista Vasco en Navarra en la mayoría de las elecciones convocadas en ese Territorio desde que, a la salida de la clandestinidad, y con gran disgusto por parte de D. Manuel de Irujo, se concurriese en las elecciones generales como Unión Autonomista Navarra al Congreso o Frente Autonómico al Senado. Hoy son las siglas de Geroa Bai las que permiten a afiliados del Partido Nacionalista Vasco conseguir o permanecer cargos institucionales que en algunos casos suponen una grave transgresión de la incompatibilidad vigente con carácter general en EAJ-PNV entre cargos internos y públicos. Y, pese a que la tendencia electoral sigue claramente a la baja, se optó por volver a ocultar las siglas PNV en las elecciones europeas haciendo que el propio Partido dividiese más el País a la hora de la campaña electoral que lo que lo hace la legalidad internacional al mantenernos divididos entre los estados español y francés. El resultado es el obvio con estos mimbres: en Navarra casi no se oye Partido Nacionalista Vasco y mucho menos Euzkadi.

Debe ser estratégico para el Partido Nacionalista Vasco reforzar todo lo que supone Euzkadi-Zazpiak Bat, como se apuntó en varios de los discursos de Foronda, y para ello hay que potenciar la visión global y no troceada del País. Euzkadi como ocurre con Irlanda, no puede dejar de avanzar en el desarrollo de su construcción nacional, como tal Euzkadi, por el hecho de que sus “Irlandas del Norte” (Navarra, o Ipar Euzkadi) no formen parte del entramado institucional creado para ello, bien porque se haya jugado mal la partida de su prevista y posible incorporación a la casa común (Navarra) o porque la división de nuestro País en dos Estados lo haya impedido hasta ahora. Recordando que fue Sabino Arana en creador de la palabra abertzale, se trata de que los “abertzales primigenios”, los jeltzales, abertzalicemos las instituciones en las que gobernamos y no de que por gobernar calquemos en el Partido las divisiones territoriales y otro tipo de tics institucionales. No se trata de que Navarra se integre en la CAV, sino de que Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra compartan un futuro político juntas y con vocación de incorporar a Laupurdi, Benafarroa y Zuberoa. Y, sobre todo, se trata de dejar claro que nuestro objetivo no es buscar encaje en España, sino buscar nuestra integración como otro estado en Europa.

Esto es básico para poder abordar el conjunto de las políticas sectoriales a las que nos enfrentemos como abertzales. A ningún abertzale se debería ocurrir hablar de acuerdos culturales entre capitales del norte cuando habla de Bilbao o Santander, sino que debiera pensar en acuerdos entre Bilbao o Donosti con Baiona. A ninguna televisión pública dirigida por abertzales se le debiera ocurrir potenciar un torneo de pelota denominado “Hiru hiriburuak” cuando de lo que se trata es de que Euzkadi pueda participar como tal, agrupando a vascos de cualquier territorio, en los campeonatos mundiales de pelota. No es entendible que quienes concurren en listas abertzales pongan dinero de las instituciones que gobiernan para que San Mamés sea sede de una Copa del Mundo de Futbol de la mano de “Marca España” mientras la correspondiente Federación Española, con la colaboración de otros supuestos abertzales en la vasca, impiden que Euzkadi pueda participar en esa competición. No es entendible que mientras antaño se trataba de impedir que  la Vuelta Ciclista a España circulase por carreteras vascas hace unos años se pusiera dinero para que pasease por Bilbao la bandera española acompañando a una competición en la que la Policía Nacional, que queremos que deje de estar en Euzkadi, formaba parte de su “caravana comercial” y ello mientras a la Ertzaintza se le impide su desarrollo como policía integral.

La Ertzaintza, otra institución creada en base al ideario ideológico del Partido Nacionalista Vasco que está cayendo en el asimilacionismo institucional reinante. Del “que se vayan, se vayan, se vayan” hemos pasado a que, en el plazo de menos de un mes, la Policía Nacional haya hecho una exposición de su actividad en una céntrica plaza de Bilbao con declaraciones a los medios como “Un buen tédax tiene que ser un mejor terrorista, ir a un “chino” y poder hacer 10 bombas”,  la Guardia Civil de la Comandancia de Vizcaya (sic) hiciera una jornada de puertas abiertas en el muelle Ramón Sota donde “los más jóvenes iban a poder interactuar con equipamiento antidisturbios, el robot desactivador de explosivos o los drones” y por último la gran parada militar de la Guardia Civil el día de su patrona se celebrara en la Plaza Nueva de Gasteiz. Todo ello claramente educativo para nuestros jóvenes. Les pueden enseñar a ser terroristas, a jugar con material antidisturbios y a saber quién manda aquí, porque la Guardia Civil como organización militar que es, es la que está llamada a salvaguardar en caso necesario “la sagrada unidad de España” como lo demostró en el “procés” catalán. Y todo ello sin que ningún abertzale desde las instituciones o desde el Partido dijese ni pio sobre la impresionante regresión competencial que apuntaron dichos eventos. Me gustaría que sus actuaciones en Euzkadi se limitasen a lo estrictamente necesario para cumplir con las competencias que no tiene asignadas aún la Ertzaintza y que las que ésta no tiene se le transfieran cuanto antes para poder abordar, antes de que nos pille el toro, una política de seguridad que ponga freno al incremento de peleas navajeras y refriegas balísticas en nuestras calles.  Y, sobre todo, me gustaría que, lo mismo que se exige a la autodenominada izquierda abertzale que reconozca el mal causado por el terrorismo en Euzkadi, se exija a la Guardia Civil y a la Policía Nacional, cuando se exhiben públicamente, iguales pronunciamientos, en relación con sus actuaciones durante la dictadura franquista y bajo el supuesto Estado de Derecho actual que también sembraron terror entre la ciudadanía. Y que se vayan cuanto antes.

Otras instituciones fundamentales en nuestro entramado institucional son los grandes desconocidos Concierto y Convenio Económicos gracias a los que se sustentan el conjunto de políticas públicas de Euzkadi. Y es importante utilizar bien el Concierto para el desarrollo del País, pero como me decía recientemente un gran conocedor de las haciendas vascas, no tiene sentido que, desde el lado del gasto, Gobierno Vasco esté desarrollando unas políticas socialdemócratas, mientras desde el ingreso las Haciendas Forales potencian políticas liberales. Unas políticas que hacen que, en nuestro País también, los ricos sean cada vez más ricos y los pobres más pobres. Políticas que hacen que quienes menos tienen paguen continuamente por adelantado su IRPF con la engañifa de que luego Hacienda se lo va a devolver rápido cuando haga su declaración, mientras los que más tienen lo pagan tarde, mal y, clarísimamente, en menor cuantía de la que debieran hacerlo con un sistema tributario con mayor equidad.

Debemos saber si queremos seguir con el apoyo al turismo y convertirnos en un País de camareros, de escenario cinematográfico, y de parque temático o queremos potenciar la industria. Hay que repasar las políticas de apoyo a las empresas de Euzkadi, para que en el futuro las ayudas institucionales que se les presten garanticen el arraigo y el empleo de las mismas en nuestro País y no se puedan utilizar para que sus dueños las desarrollen y las vendan al mejor postor quedándose ellos con las plusvalías generadas mientras el País se queda con las cargas económicas y sociales de los “ajustes” generados por las desubicaciones de los negocios tras la venta. Necesitamos ser pioneros, sí, y estar al día de los avances tecnológicos que surgen en el mundo, por supuesto, pero siendo conscientes de que vivimos en un pequeño País que depende básicamente de su capital humano y que por ello es mejor ser un campeón oculto y seguir siendo dueños de nuestro futuro que alardear de grandes éxitos para que los grandes poderes económicos mundiales acaben comprando nuestras empresas y condicionando nuestro futuro.

Estos y otros temas, como la sanidad, la vivienda o el futuro del euskera en nuestra sociedad, con los continuos ataques judiciales contra él, o la devaluación de que es objeto por nuestras propias instituciones cuando a cualquier plan de futuro o “moderno” se le pone nombre en inglés y no en euskera, son los que se debieran haber abordado en el proceso de reflexión abierto en EAJ-PNV que culminará en su Asamblea General antes de elegir a sus dirigentes, en vez de haber puesto en marcha algo que se parece mucho al juego de la silla para seleccionar a afiliados y afiliadas en los cargos Territoriales del Partido.

Alderdia Gara. Como proponía en mi anterior artículo, instemos la paralización de los procesos electorales abiertos hasta que hayamos definido qué Partido queremos tener y con qué organización, para que después elijamos a quienes hagan que nuestras ideas penetren en la sociedad de modo que nuestros candidatos vuelvan a ganar elecciones en el futuro y con ello ejercer el poder en post de nuestros objetivos. Si no, serán los que realmente detentan el poder en la sociedad los que decidan por nosotros y acaben con el Partido y con Euzkadi, Euzkotarren Aberria.

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