El
pasado jueves 23 se aprobaron en el Congresos de los Diputados los proyectos de
ley correspondientes a la Modificación del Concierto Económico y a la
metodología de señalamiento del cupo del País Vasco para el quinquenio 2017–2021.
Dos leyes que han generado numerosos debates en los que se ha puesto de
manifiesto, una vez más, incompresibles desconocimientos por parte de personas
que por su profesión de político, periodista o experto en temas hacendísticos, debieran
conocer la materia sobre la que están decidiendo, informando o estableciendo
criterio de cara a la ciudadanía. Y en este ámbito las incorrecciones han
afectado no sólo a quienes desde el Estado se han posicionado en contra de ambas
leyes, sino también a políticos, periodistas y expertos que desde Euzkadi,
deberían estar más obligados, si cabe, a conocer las bases fundamentales de estos
pilares de nuestro autogobierno.
En
esta ocasión, además, la discusión ha afectado al procedimiento mismo de
tramitación de ambas leyes, dando como consecuencia peligrosos posicionamientos
en relación al cuestionamiento del pacto bilateral entre la Comunidad Autónoma
Vasca que el Concierto Económico representa.
Desde
mi condición de ciudadano vasco comprometido con la defensa y profundización de
nuestro autogobierno, en las próximas líneas voy a tratar exponer algunos de
los desconocimientos demostrados estos días, que sin duda se repetirán cuando
le llegue el turno a su tramitación en el Senado. Lo haré centrándome en lo
referente al Cupo ya que, si bien el resultado de las votaciones en la
tramitación de ambas leyes ha sido prácticamente el mismo, ha sido el concepto
de Cupo el que más debate y posiciones de desconocimiento ha generado.