martes, 10 de octubre de 2017

Catalunya-Euzkadi: Hik hortikan, nik hemendikan



A escasas horas de que el Parlamento de Catalunya se reúna a petición del President Puigdemont para analizar la situación tras el referéndum del pasado 1 de octubre nadie sabe si en dicha sesión será proclamada la República Catalana o no pero, pase lo que pase hoy, lo que está claro es que lo ocurrido estas últimas semanas supone un antes y un después no sólo para Catalunya, sino también para el Estado y, en consecuencia, para Euzkadi.

            La convocatoria de referéndum supuso, para quienes la impulsaron, la única salida a los continuos portazos recibidos desde el Gobierno de España a todo intento de curar las heridas producidas en la sociedad catalanas por la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña del 2006. Su texto, aún después de “cepillado”, había sido aprobado por la ciudadanía catalana en un referéndum, aquella vez sí, legal celebrado el 18 de junio de 2006 y cuyo resultado todo el mundo pensaba  que sería vinculante para ambas partes. Todos menos el Partido Popular que con su recurso y sus influencias en el nombramiento de los miembros del Tribunal Constitucional propició que esta Institución, cuatro años más tarde (28 de junio de 2010) dictase una sentencia que arañó los temas sustanciales que propiciaron el pacto para aquel Estatuto y que, a decir del Catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo, vulneró la Constitución Española de 1978.

            Las decisiones adoptadas u orquestadas por el Gobierno de España para impedir la celebración del referéndum del 1-O declarado ilegal por el Tribunal Constitucional pusieron en solfa derechos fundamentales como los de reunión y asociación, acabaron con la autonomía financiera de la Generalitat y situaron bajo dependencia de un Coronel de la Guardia Civil las actuaciones de los Mossos d’Esquadra, movimiento este último que también fue considerado inconstitucional e ilegal por el Diputado del PNV Mikel Legarda en la sesión celebrada el 27 de septiembre en el Congreso.

            Todos estos acontecimientos vaticinaban ya necesidad de un cambio en la estructura del Estado que hiciese posible un referéndum pactado, y los efectos acción-reacción de dichas decisiones estaban teniendo ya importantes repercusiones en los apoyos al Gobierno de Mariano Rajoy y en el escenario político del Estado. Así lo recogían algunos importantes periodistas alejados de la caverna mediática. Fernando López Agudín no podía dar crédito a la actitud del PSOE ni de Pedro Sánchez que, sin respuestas claras ante lo que estaba sucediendo, se adentraban en lo que denominaba la dictablanda de Rajoy, Iñaki Gabilondo afirmaba ante Iñaki López que “Catalunya ya se ha ido y hemos asistido a su despedida sin inmutarnos” en una entrevista que “La Sexta Noche” emitió el sábado 30. Antes, Ignacio Escolar, el día 25 había escrito en “eldiario.es” que “el Código Penal, los jueces y la policía  no son la única respuesta que debe dar la democracia ante conflictos políticos. No se puede encarcelar por sedición a dos millones de catalanes, salvo que España renuncie a ser una democracia”.

            Sin embargo, la suerte estaba echada, las estructuras del Estado siguieron apostando por la inaceptable actuación policial llevada a cabo el 1-O y se puso de manifiesto una vez más la baja calidad democrática del Estado. Esta vez ante la prensa internacional. Prensa que, además de las cargas policiales contra personas de toda condición y edad que lo único que pretendían era meter un voto en una urna, dio fe del ridículo espantoso del Gobierno de Rajoy en su afán por torpedear el referéndum. No habría urnas y las urnas aparecieron, se había desactivado el sistema de control y el sistema, con incidencias que se subsanaban a medida que se producían, seguía funcionando, se cerraron colegios y se habilitó un censo universal para que cualquier catalán que lo desease pudiera ejercer su derecho al voto en cualquier colegio abierto. Frente a la actuación coordinada de gobierno, fiscales, jueces y policía el pueblo catalán respondió dando toda una lección de inteligencia, democracia, pacifismo y resistencia civil que, en mi opinión, le harían digno de ser nominado para el Premio Nobel de la Paz.

Perdida también la apuesta del día del no referéndum en el que se contabilizaron 2,2 millones de votos, el Gobierno de Rajoy decidió recurrir al rey, como los ajedrecistas cuando la partida está en serias dificultades y, en los últimos días, a la presión económica, dando por verosímil una Declaración Unilateral de Independencia, que según ellos nunca se producirá, que de momento no se ha producido, pero que ha conseguido que pase lo que pase nada sea igual en la política de Catalunya, ni del Estado.

Pero todo esto también ha tenido, tiene y tendrá repercusiones para Euzkadi.  Las decisiones de detener a miembros de la estructura del Gobierno de Catalunya llevaron al  Euzkadi Buru Batzar del Partido Nacionalista Vasco a manifestar su apoyo con las Instituciones  de Catalunya y al Lehendakari Urkullu a acelerar la presentación de medidas concretas para  avanzar en su apuesta por el diálogo y la soberanía compartida en las relaciones Euskadi- Estado en un Pleno de Política General mediatizado por la situación catalana. Propuesta, la de  un Estado Confederal, que deberá debatirse en la Ponencia de Autogobierno del Parlamento  Vasco y enriquecerse con las aportaciones del resto de los grupos de la cámara en unos trabajos que, dadas las circunstancias, debieran acelerar su ritmo para poder aprovechar el momento de modificación constitucional que, sin duda se producirá como consecuencia de la apuesta catalana. Aunque probablemente, una vez más, el Partido Popular opte por mantenerse fiel a su apuesta por la unidad de España y por no dar ningún paso que suponga un avance en el autogobierno vasco. Su portavoz ya adelantó que no era necesario cambiar lo que funciona bien, olvidando de forma intencionada que si funciona bien es por el trabajo realizado por las Instituciones Vascas, a pesar de su partido madre, Alianza Popular, que votó en contra del Estatuto de Gernika y de quienes a lo largo de los últimos 39 años desde el Gobierno de España (ellos y el PSOE) han ido soltando de manera cicatera una a una las competencias reconocidas en un texto legal a día de hoy no cumplido. Y ello cuando en el caso catalán defienden el cumplimiento de la ley por encima de todo. Veremos en el corto plazo qué ocurre con el Concierto Económico. Si se tramitan en el Congreso los Proyectos de Ley correspondientes a los acuerdos alcanzados en la Comisión Mixta del Concierto Económico celebrada el pasado 19 de julio o si, una vez más, el Estado incumple lo firmado colocando, de rebote, al PNV en una situación complicada  al dejar en agua de borrajas su apoyo a los Presupuestos de 2017.

Estamos en una situación compleja en lo político y en lo económico. El Decreto aprobado por el Gobierno el pasado viernes facilitando el cambio de la sede social de empresas catalanas es otro elemento a tener en cuenta puesto que, si bien en Catalunya su repercusión en términos económicos no tiene porqué ser importante, dicha medida sí que tendría efectos muy importantes en el caso de las empresas con sede en Euzkadi decidieran trasladarse a otros lugares del Estado como consecuencia de que son nuestras Instituciones quienes recaudan en virtud del Concierto Económico y de que es la sede social uno de los puntos de referencia en relación a quién es la administración responsable de la normativa y recaudación tributaria correspondiente. Es el momento de reflexionar no sólo sobre nuestro “Estatus Político” sino también sobre nuestro  “Estatus Económico”.  Estos movimientos de empresas y el apoyo del Gobierno de España debieran hacer repensar los movimientos en política económica en Euzkadi. Es necesario reforzar los vínculos económicos de nuestras institucionales con empresas de aquí y las relaciones entre todos los agentes del tejido económico enraizados en Euzkadi. Este tipo de actuaciones están más alineadas con crear País que abrirnos al capital extranjero (reducción del tipo de sociedades), propiciar la privatización de empresas controladas por instituciones públicas (Gas Euskadi, Euskaltel), aplaudir la compra extranjera de empresas apoyadas desde las instituciones para su desarrollo en sectores estratégicos (Gamesa) o desinvertir en empresas punteras del País (Iberdrola).

Catalunya ha empujado desde allí para conseguir avanzar en su configuración como pueblo y posibilitar que otros pueblos como Euzkadi puedan, si así lo desean, utilizar el camino abierto. Catalunya ha dado las lecciones de imaginación, democracia, civismo y resistencia pacífica en este proceso y ha hecho que el Estado ha ya puesto sobre la mesa su estrategia para impedirlo, de lo que también hay que extraer conclusiones. Es importante reforzar y poner en valor los puntos que unen a personas de distintos partidos en su interés por construir una Euzkadi mejor, en lugar de destacar continuamente nuestras diferencias. Es importante reforzar los lazos sociales y económicos entre las personas de distinto origen y condición que vivimos y trabajamos aquí para conseguir un País más libre y más justo para todos. Es momento de pensar, aprender, coger de nuevo aire y decidir cómo debe ser el siguiente empujón de Euzkadi. Desde aquí.

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