El
sábado pasado, cuando se cumplían veintiún meses desde que publiqué en este
blog el artículo “Euskaltel:
el bolsazo”, recibí un correo electrónico en el que se me informaba de
que se había hecho un nuevo comentario en el mismo. Firmado por José María
Fernández el comentario decía: “Al
parecer se inicia "nueva temporada" Euskaltel. Leo con sorpresa, en
DEIA de hoy, que el nuevo fondo de inversión diseñado desde el departamento de
industria del Gobierno Vasco, ya se orienta a Euskaltel como posible
beneficiario (y van ....). Supongo que en esta ocasión se trata de retomar la
participación perdida, a un precio exponencial respecto al de la salida
anterior, y en beneficio de los actuales accionistas (otros fondos de inversión
y equipo directivo).¡¡Que me lo expliquen, por favor, no lo entiendo!!
He
releído desde entonces varias veces el artículo referido y ya su propio título “El
fondo de Lakua invertirá fuera de Euskadi y en empresas vascas en Bolsa”
creo que es merecedor de serias explicaciones por parte de la Consejera Arantza
Tapia cabeza visible del Gobierno Vasco en esta operación que pretende
constituir un Fondo de Inversión con una dotación inicial de 250 millones de
euros.
Sinceramente
no entiendo qué pinta el Gobierno Vasco jugando a invertir fuera de Euskadi,
cuando el País está tan necesitado de inversiones dentro. Opino que los
impuestos que pagamos religiosamente los ciudadanos vascos son para que
nuestras instituciones nos provean de bienes y servicios públicos “aquí” y para
que apoyen y fomenten el desarrollo económico de nuestra sociedad de manera que
se genere riqueza y empleo para quienes vivimos y cotizamos aquí. Si es necesario, por qué no, tomando
participaciones estratégicas en empresas, pero siempre garantizando que el
poder de decisión que aporten las cantidades invertidas estén en manos del
Gobierno y que en el momento en que haya que desinvertir el proceso se haga de
un modo irreprochable y a un precio real de mercado y no *por cuatro perras
gordas” que decía mi abuela.
Sin
embargo este tema, el del control del poder de decisión que aporten las
cantidades invertidas, tampoco parece estar claro a día de hoy en la propuesta
de la Consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras. El fondo, siempre
según la transcripción de la noticia del diario DEIA, tendría como objetivo conseguir en el consejo un asiento que esté
ligado “a lo local”. De este modo, el Gobierno, a través del fondo, podría
conocer lo que ocurre en la empresa, sus necesidades y ayudaría en la gestión
de la compañía. Pero, es que el fondo sería 49% público y 51% privado y ni
tan siquiera “lo local” estaría garantizado todavía. El propio subtítulo del
artículo señala que “El Gobierno trabaja
en implicar a BBK, Kutxa, y Vital para que la iniciativa tenga una mayoría muy
cualificada vasca”.
¿A
estas alturas alguien piensa que el proyecto recibiría el apoyo de una sociedad
bien informada? Pues si queda alguno que piensa que sí, supongo que se le
quitarán las ganas cuando conozca los dos ejemplos que Tapia citó como posibles
candidatos a entrar en la órbita de empresas participadas: Euskaltel y Aernnova.
De Euskaltel
el Gobierno Vasco ya tuvo una participación del 7,45% que, sin embargo, malvendió
en 2012 después de haberle adjudicado en un proceso sin opción a competencia y a
un precio ridículo lo que es su principal activo: la red de fibra óptica. Una
venta que no fue sino el primer paso para que los nuevos accionistas y el
equipo directivo, que permaneció prácticamente invariable, pegasen el pelotazo
del siglo con la salida a bolsa de la compañía el 1 de julio de 2015. Una
operación que en su día llevó al Portavoz del Gobierno Vasco Josu Erkoreka, a
manifestar que los incentivos cobrados por los directivos de la compañía (el
pelotazo) chocaban con el modelo de empresa vasca que defiende el ejecutivo
vasco. O sea, cinco años después de salirse de la compañía y cuando sólo han
pasado dos desde el obsceno cobro de incentivos por la mayoría de los miembros
que siguen conformando la dirección de la empresa, y de que tal hecho fuese
reprobado por el portavoz del Gobierno Vasco, de entonces y da ahora,
recriminando tales actuaciones como contrarias al modelo de empresa vasca que
defiende el ejecutivo vasco, la Consejera Tapia propone volver a invertir
Fondos Públicos en la Compañía a través de un Fondo de Inversión que, a día de
hoy no es seguro que vaya a controlar. ¿De verdad hay alguien que opina que
este asunto no requiere mayores explicaciones?
Pero
es que el caso de Aernnova tiene algunos tintes similares. Su nombre seguramente
no significará nada para mucha gente, sin embargo es posible que sí suene el
proyecto de “las alas de aviones” que en su día fue apoyado decididamente por
las instituciones vascas. Dicho proyecto, desarrollado por Gamesa, fue
segregado de dicho grupo con el resto de proyectos aeronáuticos en Gamesa
Aeronáutica y vendido en su totalidad en el año 2006 a un consorcio liderado
por Caja Castilla La Mancha en el que también participaban directivos de Gamesa
Aeronáutica. Una vez más alguien tiene una idea, se apoya por las instituciones
vascas, se vende por los propietarios a capitalistas de fuera de la comunidad
autónoma y, años más tarde, alguien se da cuenta de que su impacto económico en
el territorio no es el que era antes y considera que es una entidad a
controlar. ¡Buena vista! Además, la
Consejera comenta en el artículo de referencia que la adquisición de
participaciones en Gamesa es cosa de otra galaxia. ¡Cómo no lo va a ser si cada
vez que apoyamos un proyecto industrial suyo, que puede resultar estratégico
para el País, aplaudimos su venta en vez de esforzarnos porque permanezca aquí!
Es lo que ha vuelto a pasar con el proyecto de las palas eólicas. También apoyado por
las instituciones y que empaquetado con el conjunto de Gamesa va a ser
fusionado con Siemens el próximo mes de abril. Un acuerdo en el que
aparentemente Gamesa sigue viva, pero Siemens se queda con el 59% del capital
de la nueva Gamesa resultante. Con el aplauso de toda la élite empresarial con
residencia en Euskadi. ¿Echarán de menos algunos ingresos
nuestras instituciones dentro de unos años cuando la empresa fusionada vaya
reconsiderando sus contratos de suministro para exprimir las sinergias de la
fusión?
Hoy
ha salido a bolsa Neinor Homes con un valor aproximado de 1.300 millones de
euros. Esta empresa fue vendida por Kutxabank en 930 millones en 2015,
posiblemente acuciada por la necesidad de hacer caja para paliar las consecuencias
negativas de una nefasta fusión de las Cajas de Ahorro Vascas. Más de 350 millones de beneficio en 2 años. ¿Invertirá también el Fondo de
Inversión presentado por la Consejera tapia en esta golosina?
Creo
en la participación de las Instituciones Públicas Vascas en los proyectos estratégicos del
País. ¡Por supuesto! Pero creo en unas participaciones directas, sin
intermediarios, que estén y se controlen desde quien controla el Patrimonio de la Institución correspondiente y no por medio de fondos que diluyan la responsabilidad de cada cual. Participación en proyectos que garanticen prosperidad económica en forma de empleo y
bienestar a los ciudadanos de este País, de modo que se puedan rentabilizar vía impuestos a largo plazo los recursos que desde el presupuesto de gastos se hayan destinado
a las mismas. Pero no me estoy refiriendo a los impuestos por las plusvalías
que por su venta puedan obtener sus accionistas, sino al IRPF, al IVA, a las
cotizaciones a la Seguridad Social y un largo etcétera de recursos públicos que
genera el bienestar de una sociedad. También creo que las fundaciones bancarias vascas (ex Cajas de Ahorros) deben adquirir participaciones en empresas punteras de sus respectivos Territorios Históricos, como lo hacían antes y no debieron dejar hacerlo. Contrastando los objetivos con el Gobierno Vasco y otras Instituciones Públicas, pero también desde la defensa de sus propios intereses y gestionando ellas mismas sus participaciones empresariales. Como creo en la participación vía crediticia de los bancos con arraigo en nuestra sociedad: Kutxabank y Laboral Kutxa. Implicación de todos, cada uno desde su responsabilidad, haciendo País entre todos.
Espero
que en Lakua maduren mucho más este “globo sonda” (no quisiera considerarlo de
otro modo) de compra de empresas con dinero, pero sin control, público. Si alguien quiere jugar a la compra venta de empresas que se compre un Monopoly, también tiene versiones locales (Monopoly Bilbao y
recientemente, Monopoly Euskadi) e incluso una en euskera Euskopolis: la que
ilustra este artículo. Pero, por favor, que no jueguen con nuestros impuestos.
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