Gurea Kontzertua. Estas fueron las palabras con las que
el Lehendakari Iñigo Urkullu cerró el
acto conmemorativo del 140 aniversario Concierto Económico celebrado el pasado
28 de febrero en el Teatro Arriaga de Bilbao. Unas palabras que, a la vez que
suponían el resumen de su discurso dedicado a proclamar la necesaria
unidad en la defensa de nuestro singular sistema de financiación entre las
Instituciones, partidos políticos y la ciudadanía vasca, representaban también
el reconocimiento a la labor realizada por la plataforma cívica del mismo
nombre, “Gurea Kontzertua- Comunidad del Concierto”, que el mismo día cumplía
dos años de contribución a la difusión del Concierto y de movilización en su
defensa.
Pero la defensa del Concierto Económico no debe ser
simplemente una defensa “porque sí”. Debe estar claro al servicio de qué
objetivos y de qué personas se utiliza y en este sentido debo decir que los
últimos movimientos institucionales me han traído a la cabeza dos frases
bastante conocidas para la ciudadanía vasca: “El capital no tiene patria” y
“Euzkadi es la patria de los vascos”.
El exvicelehendakari Jon Azua en un artículo escrito con
motivo del Aberri
Eguna manifestaba cómo en el contexto de un seminario internacional
impartido a un grupo de propietarios y primeros ejecutivos de empresas venidos
de fuera para aprender de la experiencia transformadora del País Vasco, éstos valoraban
sobre manera “lo que entendían había sido
una eficiente gestión de nuestros recursos financieros y fiscales, soporte de
presupuestos coherentes y alineados, a lo largo del tiempo, con los objetivos
país que les explicábamos” y cómo esos mismos alumnos destacaban, entre
otros aspectos, “el orgullo, sentido de
pertenencia, verdadera preocupación por las personas y las políticas sociales,
la apertura internacional, la capacidad de relación y estrategias compartidas
entre las instituciones públicas y las empresas”. Quizás hoy tal transformación
hubiese sido más complicada al faltarnos un sector financiero enraizado con
nuestra sociedad que jugó un papel muy importante en aquellas estrategias
compartidas. La pequeña banca regional (Banco Vitoria, Guipuzcoano,…) fue
absorbida por la estrategia globalizadora de sus propietarios. El BBVA desde
que se constituyó como tal dejó de tener la vista puesta en el lugar que le vio
nacer, aunque nominalmente también siga manteniendo su sede en Bilbao. Es obvio
que Kutxabank no es la suma de tres cajas de ahorro vascas. También tiene en su
interior una caja andaluza y, lo más importante, su visión del negocio es la de
un banco, no la de una caja que mima a unos clientes que además son sus
convecinos con los que vincula sus objetivos como entidad. Sólo queda en una
situación similar a la de entonces Laboral Kutxa, aunque también ha sido objeto
de movimientos siguiendo la moda del negocio bancario que la han alejado de su
cercanía al cliente convecino. Nos queda intacta, eso sí, la posibilidad de
gestionar nuestros recursos fiscales, pero la realidad de las actuaciones de
nuestras instituciones en los últimos tiempos parecen ir en sentido distinto al
modelo de éxito analizado.
Durante
el mes de marzo se han ido aprobando por las Juntas Generales de Araba,
Bizkaia, y Gipuzkoa, las nuevas Normas Forales que traerán consigo una rebaja de
4 puntos en el tipo impositivo del Impuesto sobre Sociedades, lo que para las
empresas que tributan a tipo general supondrá pasar del 28% al 24% en dos años.
El argumento principal para dicha rebaja es “asegurar
la competitividad de nuestras empresas y el mantenimiento de nuestro territorio
como un lugar atractivo para la inversión”. Esta línea de actuación
pretendiendo atraer empresas, básicamente utilizando el sistema fiscal para dar
facilidades a la llegada de capital extranjero, olvida que ya en la actualidad
Euzkadi es
reconocida en Europa como una región atractiva para las inversiones
extranjeras.
Pero
esta política olvida también varias cuestiones más que deberían ser tenidas en
cuenta desde una visión global de la Hacienda Pública concebida, como se recoge
en cualquier normativa al respecto, como conjunto
de derechos y obligaciones de cualquier administración, de cualquier
Gobierno. Se olvida de que estamos saliendo de una crisis y que es en los
tiempos de bonanza cuando hay que ahorrar para generar reservas que se puedan
utilizar cuando vuelva a cambiar el ciclo y vengan “mal dadas”. No tiene sentido rebajar la presión fiscal tras haberse
aguantado la crisis, momento en el que este tipo de iniciativas podían haber
sido más útiles. Se olvida de que todas las estadísticas indican que la crisis ha
hecho más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. No se entiende, en
consecuencia, que sea el capital el que se beneficie, también, en la salida de
la crisis, mientras los niveles salariales están muy por debajo de los
existentes antes de la crisis cuando el principal capital de esta sociedad son
sus personas. Personas que, hay que decirlo bien claro, cuentan con un alto
nivel formativo conseguido mediante nuestro sistema educativo. A pesar de sus
defectos. Un sistema educativo que hemos financiado con nuestros impuestos no
para que nuestros jóvenes (y no tan jóvenes) sean explotados reduciendo sus
salarios bajo el argumento de que hay que competir con otros países con
salarios más bajos, sino para que sus conocimientos sean puestos al servicio de
las empresas de nuestra sociedad para entre todos hacer un País más próspero,
justo y solidario. El colmo de las modificaciones fiscales es “la reformulación de la deducción por
creación de empleo, cuyo importe se incrementa, para vincularla a la calidad
del mismo en términos de estabilidad y salario”. ¿Se entiende por fomento
de la calidad de salario el que una empresa se deduzca por contrataciones
indefinidas el 25% del salario anual bruto anual (con límite de 5.000€/persona)
cuando el importe de dichos salario sea 1,7 veces el salario mínimo interprofesional? ¿También cuando los
contratados sean técnicos especialistas o titulados superiores con años de
experiencia cuyo salario supere ligeramente esa cifra? ¿También cuando los
salarios sean los mínimos básicos que aparecen en tablas de convenios
colectivos no actualizados en años? ¿No sería mucho más lógico vincular esa
deducción a contrataciones indefinidas con salarios 1,X veces superiores a los
que figuran en los diferentes convenios colectivos? Este desde luego no es el
camino para poder garantizar unos salarios dignos que, a su vez impulsen las cotizaciones
a la Seguridad Social para poder mantener pensiones justas y suficientes en la
actualidad y en el futuro. No sólo no se contribuye de forma adecuada a las
pensiones, sino que se reducen de la factura impositiva parte del costo
salarial, por unos salarios que pueden resultar indignos. ¡Pleno al quince!
Hubiese
sido interesante que antes de plantear rebajas tributarias a las empresas se
hubiesen analizado cuáles son las necesidades sociales de nuestro País y se
hubiese analizado nuestra capacidad tributaria para hacerlas frente, reforzado
los sistemas recaudatorios de nuestras Haciendas Forales a fin de minorar los
elevados niveles de morosidad tributaria que ser recogen en sus Cuentas
Generales consecuencia, entre otros motivos, de ayudas en forma de facilidades
de pago concedidos durante la crisis. Una morosidad que a 31 de diciembre de
2016, último ejercicio publicado, alcanzaba la cifra de 3.550 millones de euros
para el conjunto de las tres Diputaciones Forales, lo que equivalente al 27,18%
de la recaudación tributaria de ese año que se situó en 13.062 millones de
euros. Aunque el índice es diferente según Territorios (30,24% en Bizkaia,
26,41% en Gipuzkoa y 18,54% en Araba) y, sin duda, una parte importante puedan
resultar deudas fallidas, esa es una importante bolsa de ingresos a explotar
con el fin de financiar gastos hoy considerados inasumibles.
Euzkadi
necesita un Nuevo Estatus Económico que analice con una visión conjunta a medio
y largo plazo cuales deban ser los derechos y obligaciones que deban gestionar
sus Haciendas Públicas. Es decir, que analice de forma conjunta cuáles son las
nuevas estrategias a compartir entre las instituciones públicas y privadas para
satisfacer las necesidades futuras de la sociedad vasca y quiénes y en qué proporción
vamos a financiar con nuestros impuestos las correspondientes partidas de gasto
público para propiciar el mayor bienestar de sus ciudadanos de un modo
colectivo y solidario, sin que nadie se quede atrás. En este marco es necesario
favorecer la participación de sus personas en el futuro de las empresas del
País, lo que supondría democratizar la economía, rentabilizar la inversión
pública en educación y formación y, sin duda, garantizar mayor arraigo de las
empresas en el País que el conseguido por una normativa fiscal pensada en
atraer inversión extranjera de “pon y
quita”.
Gurea
Kontzertua, lo nuestro Concierto Económico. No para atraer al país capital sin
patria que se irá en cuanto no vea posibilidades de negocio, sino para ponerlo
al servicio del desarrollo y bienestar quienes vivimos y trabajamos en Euzkadi.
Para sus personas. Su principal capital.
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