sábado, 19 de noviembre de 2022

Debemos despertar y evitar troyanos

             El pasado 25 de octubre saltaba la noticia, el grupo parlamentario del Partido Nacionalista Vasco en el Congreso de los Diputados había conseguido introducir una enmienda en la Ley del Deporte en virtud de la cual selecciones vascas podrían participar en competiciones internacionales. Fue el propio Andoni Ortuzar, presidente del Euzkadi Buru Batzar de EAJ-PNV, quien en rueda de prensa convocada para valorar el alcance de tal enmienda dijo que era “un día histórico para el deporte vasco y un día histórico también para para los cientos de miles de vascos y vascas que creemos en la legítima reivindicación de la participación de las selecciones vascas en competiciones internacionales oficiales”.

Es cierto, para que ello sea posible, en el Proyecto de Ley, que ya ha pasado el trámite del Congreso, se establecen dos supuestos: que sea un deporte de arraigo histórico y social, o que la federación vasca estuviese reconocida y compitiendo en el panorama internacional previamente a que lo hiciese la federación española. Dos condiciones que apuntaban directamente a dos especialidades deportivas, la pelota y el surf, pero que abría la puerta a que otros deportes pudieran seguir el mismo camino como así lo expuso el portavoz del Grupo Vasco en la Comisión del Congreso.

Qué duda cabe de que, para muchos, al no estar incluido el denominado deporte rey, el logro parecía escaso. Sin embargo, no era esa la opinión de personas que formaron parte de la negociación de la enmienda en cuestión, ni de otras muchas que empezaron a poner en valor el arraigo del futbol en nuestro País argumentando para ello la antigüedad del Athletic Club, el porcentaje de clubs vascos que tomaron parte en las primeras competiciones oficiales o que muchas de estas se organizaron por Federaciones creadas antes de que surgiera la Federación Española de Fútbol  y que, incluso, convivieron con ella una vez creada. Por supuesto, en la argumentación no podía faltar la selección de Euzkadi que recorrió Europa, con gran éxito deportivo, tras la victoria de la rebelión militar franquista y que compitió en la liga de México. No se olvidaba tampoco en estos foros el acuerdo adoptado por la Federación Vasca de Fútbol (FVF-EFF) el 12 de diciembre de 2018 en virtud del cual formalizó ante la UEFA su solicitud de ingreso en dicho organismo como federación independiente de la Real Federación Española de Fútbol. El arraigo existe, sin duda.

Si a lo anterior añadimos que esta misma semana va a comenzar el (vergonzoso) mundial de Qatar y que nuestros jugadores están libres de competición oficial, quien más quien menos esperaba que los actuales dirigentes de la FVF-EFF hubiesen preparado algún torneo o, cuando menos, algún partido con selecciones, apeadas de la competición, del nivel de Italia, Colombia, Irlanda, Noruega o Escocia. Tal era la expectación en el ambiente que un tuitero se lanzó a publicar (previa nota aclaratoria) una serie de tuits con sus sueños al respecto y así con el hashtag #EsnatzekoGaraiaDa lanzó el primero de ellos: la (supuesta) contratación de Mendilibar como nuevo seleccionador  de Euzkadi. La respuesta en una sola tarde fue espectacular. Me gustas, retuits y múltiples comentarios en la propia red y en grupos de WhatsApp diversos pusieron de manifiesto las ganas de volver a ver a nuestra selección de futbol (la verde, blanca y roja), que permanece ausente de los campos desde que jugase su último partido en 16 de noviembre de 2020, hace ahora dos años. Fue tal la expectación que al tiempo que el tuitero en cuestión lanzaba su segundo sueño, un partido en San Mamés contra Colombia el próximo 9 de diciembre, publicaba también en su cuenta el motivo de sus tuits, la denuncia del silencio existente en la FVF-EFF y su invitación a periodistas, políticos, deportistas, tuiteros y a todos los aficionadlos a poner de nuevo en el centro del debate la reivindicación de una selección vasca que compita de tú a tú en los eventos oficiales internacionales.

La cruda realidad es que a la actual directiva de la FVF-EFF la oficialidad de nuestra selección se la trae al pairo. De una manera irresponsable dejó que pasasen los plazos de recurso a la resolución de la UEFA en contra de su admisión como miembro de pleno derecho. Hace dos años que no se celebra un partido de la selección masculina y cuatro desde su último partido en Euzkadi. Pero, los actuales directivos, como auténticos troyanos, han estado ocupados en colaborar con la Real Federación Española de Fútbol en la organización del Campeonato de España de Selecciones Autonómicas, donde Euzkadi, en lugar de enfrentarse a Italia, Colombia, Irlanda, Noruega o Escocia, tiene como rivales a Extremadura o Baleares (con mis respetos a estas autonomías, por supuesto).  Así lo hemos visto, cuando de la mano del Ayuntamiento de Urduliz han presentado el torneo a celebrar entre el 18 y el 20 de este mes. Como ocurre en estos casos, el alcalde, Javier Bilbao (EAJ-PNV), ha recibido el evento con ilusión hablando de una oportunidad que puede suponer para la hostelería del municipio. Está claro que cuando algunos hablan de patria confunden la vasca con la tasca o la pasta.

Creo que es hora de empezar a criticar públicamente no sólo la incoherencia de unos directivos que actúan en sentido contrario al mandato de su asamblea, sino la de los representantes públicos que, albardando sus decisiones con un supuesto beneficio económico para sus municipios/territorios, no dudan en traicionar los principios del partido que les da soporte electoral e institucional. El caso del alcalde de Urduliz no es el único. El Ayuntamiento de Bilbao, presidido por Juan Mari Aburto (EAJ-PNV), ha solicitado que San Mamés sea sede de un campeonato mundial de fútbol en una candidatura conjunta de España y Portugal para la que, sin duda, habrá que aportar dinero de bilbaínos, bizkainos y vascos y “colaborar estrechamente” con la Real Federación Española de Fútbol, la misma que pone trabas para que la Federación Vasca tenga representación internacional.

            Tampoco es fútbol es el único de porte donde esto sucede. Recientemente hemos visto cómo el propio Ayuntamiento de Bilbao, junto con la Diputación de Bizkaia  presidida por quien próximamente será ex Diputado General, Unai Rementería (EAJ-PNV), financió el  Campeonato de Europa de Triatlón Multideporte, celebrado del 17 al 24 de septiembre pasado, donde todo aquel deportista vasco que quisiera competir debía hacerlo obligatoriamente  con la camiseta de la selección española. Y no sólo eso. Algún deportista vasco rehusó coger una ikurriña antes de entrar en meta ante la posibilidad de verse castigado por tal actuación como ya le ocurrió, en el campeonato del Mundo de Pelota de 2018, a Bixintxo Bilbao que fue castigado con un año de suspensión por subir al pódium con una ikurriña a recibir la medalla de campeón en mano parejas representando a Francia. Por no hablar de la promoción de innumerables productos “Marca España” con la financiación de la vuelta ciclista del mismo nombre.

Como pedía en su reflexión el tuitero al que me he referido antes, es hora de despertar y exigir a todos aquellos candidatos que se presenten a las próximas elecciones municipales al amparo de siglas abertzales que sean coherentes con el significado de dicha palabra y se comprometan antes de las elecciones a dejar de financiar eventos de quienes, en cualquier ámbito, en este caso en el deportivo, impiden nuestro desarrollo internacional como País diferenciado. Sobre todo, a los que vayan bajo las siglas del partido fundado por Sabino Arana creador del concepto “Euzkotarren Aberria Euzkadi da” y de la palabra abertzale.

Despertemos y evitemos elegir a más troyanos en deporte y en la política.

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