Lamento el descenso deportivo del Bilbao Basket sobre todo por los aficionados que partido tras partido han llenado las instalaciones de Miribilla y también por lo que en determinadas economías no directamente pertenecientes a la entidad pueda repercutir el hecho de que, si un milagro no lo remedia, no vaya a haber baloncesto ACB la próxima temporada en Bilbao. En su día fui abonado del Caja Bilbao y sentí también su desaparición, pero las circunstancias entonces y ahora son muy distintas. Cuando el Caja Bilbao desapareció se conocía perfectamente quienes eran los responsables privados del sostenimiento de su gestión y la desaparición del equipo no generó ningún quebradero de cabeza ni para ellos (incluso me consta que hubo quien se alegró), ni para los responsables institucionales del momento. Sin embargo, por el Bilbao Basket han ido sucediéndose gestores y patrocinadores sin que en los últimos años nadie ejerciese de referente claro en la propiedad y gestión de la Sociedad Anónima Deportiva.
Lo decía la semana pasada en Bilbao el propio Presidente de la Federación Española de Baloncesto Jorge Garbajosa “Los problemas del Bilbao Basket derivan de un modelo que no funciona”. Supongo que algo sabrá este deporte y por mucho que diversas fuentes, incluido el propio Ayuntamiento de Bilbao, proclamen que Bilbao no se puede quedar sin baloncesto de primera línea, mucho deberán cambiar las cosas para que este deseo se haga realidad, empezando por generar un proyecto serio con personas que se responsabilicen absolutamente de la gestión de una empresa que maneja un presupuesto de 4,2 millones de euros. Porque el cúmulo de desaciertos en los ámbitos deportivo y económico del último ejercicio no parece que sea el de una entidad seria ni en uno en otro sentido, resulta interesante en este sentido leer el artículo publicado en el diario Deia por Jon Larrauri donde realiza una prolija enumeración de los errores cometidos en la última campaña: cierre tempranero de la plantilla, excesivos jugadores novatos en la élite, dirección deportiva poco profesional, cambios en el Consejo de administración, ..
Ha sido habitual en la historia del Bilbao Basket el
continuo cambio de patrocinadores y las diferencias contractuales con ellos,
pasó con Iurbentia y con Uxue, incluso en propio IMQ rechazó en el pasado ser
patrocinador del equipo tras comprobar que las cuentas presentadas por la
entidad no garantizaban su futuro a varios años. En las últimas semanas han vuelto
a surgir rumores sobre patrocinadores y compradores involucrando
al propio Athletic Club en una posible adquisición del equipo de Baloncesto
en la que además estaría prevista una gran inversión de una casa de apuestas
vasca. Creo que no se trata nada más que de otra cortina de humo sobre la grave
situación económica de los hombres de negro. No veo a un club que tiene su santo
y seña en el hecho de jugar con su cantera comprando una entidad cuyo santo y seña es
precisamente comprar jugadores de fuera para poder mantener un espectáculo de
determinada categoría. Puestos a entrar en otros deportes, creo que encajaría
mucho mejor con la filosofía de Athletic Club hacerse cargo de la Fundación Ciclista
Euskadi y volver a hacer vibrar a los aficionados vasco en los meses de verano,
como hace no muchos años lo hacían los ciclistas del “Euskaltel-Euskadi”.
Si nada lo remedia parece que Bilbao
Basket irá a un preconcurso de acreedores con la intención de asegurar su
viabilidad económica una figura en la que los dirigentes de la entidad tendrán
la responsabilidad convencer a los acreedores de que su proyecto tiene futuro y
buscarán un acuerdo en la gestión de la deuda. Una responsabilidad de carácter
exclusivamente privado, de quienes a lo largo de estos años ha provocado “agujeros”
equivalentes a su presupuesto anual. Y de quienes se lo han admitido. Y es aquí
donde entra la responsabilidad pública ya que los gestores de nuestra Hacienda
deberán responsabilizarse de garantizar el cobro hasta el último euro de las deudas
que pudiera mantener Bilbao Basket con ella. Alguno de los artículos a los que
he hecho referencia anteriormente sitúa la deuda con Hacienda en cuatro
millones de euros. De ser cierta, estaríamos hablando de demasiada deuda
generada en un modelo de club que según el Presidente de la Federación Española
de Baloncesto no funciona y donde la buena gestión económica ha brillado por su
ausencia desde hace muchos años. Demasiada deuda como para que los de siempre
se vayan de rositas. Demasiada deuda como para exigir responsabilidad en el
pago y en la recaudación. Responsabilidad privada. Y pública.
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