En cualquier sociedad democrática lo normal es promover el debate entre distintos para poder, entre todos, avanzar en los objetivos que, en base a la decisión de las mayorías, se vayan definiendo. Eso debería ser así siempre. Pero, todos sabemos que, cada vez de un modo más descarado, existen grupos que además de usar sus argumentos para convencer al resto de conciudadanos de la bondad de sus ideas, utilizan su influencia económica y social para presionar en la dirección conveniente para seguir llenando sus ya rebosantes bolsillos.
Eso, ni más ni menos, es lo que han vuelto a hacer la derecha política y económica de este País, a partir de sus propios medios de comunicación y con la colaboración necesaria de insignes ciudadanos vascos aparentemente alejados de los intereses de la derecha española.
La
sucesión de hechos comenzó con la publicación
el 3 de abril en su tabloide de Bilbao de un encuentro con tres
representantes de patronales vascas y un profesor de la Universidad de Deusto
en que se destacaba que la economía vasca estaba perdiendo peso con respecto a
la española. Sin ningún sonrojo este aperitivo se ilustraba con una infografía
con datos de la evolución del PIB en la que los años señalados no seguían
ninguna serie lógica. Pero, para mí lo más llamativo era que se solicitaba
proteger a la empresa familiar para fomentar el arraigo de las empresas vascas
y que quien lo hacía pertenece a una cuya empresa insignia ha formado parte de
innumerables proyectos institucionales en Euzkadi y que se embolsó 720 millones
de euros por la venta de su participación en ITP sin importarle su desarraigo.
También me llamó la atención que un insigne profesor universitario pusiese el énfasis
en las SICAV y en el impuesto sobre el Patrimonio como causantes de la pérdida
de fuerza de nuestro sector financiero y no mencionase las decisiones adoptadas
por alguien del Consejo de Administración del BBV que tuvieron como
consecuencia la desaparición de las familias de Neguri del poder dentro del
banco y el progresivo traslado de los centros de decisión del BBVA a Madrid. Y
que tampoco hiciese mención alguna de la pésima fusión de las Cajas de Ahorros
Vascas, dirigida, casualmente (o no), por alguien también relacionado con el
mismo Consejo de Administración del BBV.
Lo
visto era sólo el aperitivo y el postre, desde mi punto de vista, vendría con
la conferencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid el viernes 8 en Gasteiz. Pero,
el plato fuerte vendría el día 6 con el anticipo público, a
través del mismo medio escrito, del documento Diagnóstico de la
situación económica de Euskadi elaborado por el colectivo Zedarriak cuyo nombre según sus
componentes hace referencia a los hitos que se dejan para indicar el camino en
la montaña en aquellos parajes en los que el camino no es evidente. No me cabe
la menor duda de que los hitos señalados por Zedarriak coinciden
plenamente con los de del grupo social al que pertenecen sus componentes, lo
que dudo seriamente es que esos hitos coincidan con el camino para conseguir
una sociedad vasca con mayor nivel de vida y con una estructura social más
justa. Eso me inducen a pensar varias frases que aparecen en el diagnóstico en
cuestión que golpean con puño de hierro el planteamiento socio-económico
desarrollado por el Gobierno Vasco desde 1980, aunque en las conclusiones sus
objetivos se muestren envueltos en guante de seda.
En ese
guante de seda en enmarca el reconocimiento de que Euskadi destaca
comparativamente por su nivel de prosperidad, su riesgo bajo de pobreza, su
elevada inclusión social y las buenas condiciones de vida que disfrutan los
ciudadanos. También por su capacidad de resiliencia y la colaboración
público-privada. Pero, a continuación, se resalta que no ocupamos
posiciones regionales de liderazgo a nivel europeo, que es necesario reforzar
la competitividad regional y que una pérdida progresiva de tamaño económico
relativo de nuestra economía, como hemos sufrido en el pasado, no es compatible
con aspiraciones sociales de un mayor y mejor estado del bienestar. La
solución, obviamente para los redactores, pasa por crecer más que otras
regiones, particularmente más que otras regiones del Estado y, especialmente,
más que Madrid con quien las comparaciones en el informe son, no casualmente,
constantes. Y para ello, señalan, habría que reforzar la competitividad
regional e incrementar en el discurso político los conceptos creación de
riqueza y progreso económico y reparar la perdida de arraigo en la mayor parte
de las empresas tractoras que impulsaron el desarrollo
económico en el pasado. Todo ello estupendamente argumentado en base a unos
datos económicos recogidos de varias fuentes, generalmente privadas, utilizando
cada una de ellas para destacar aquello en lo que “no somos líderes” y situando
la base de los análisis en 1975, en la entrada de la moneda única, en la
crisis financiera de 2008, en 2012, o cuando sea, sin una pauta única
que dé coherencia técnica a un informe construido para pedir e influir. Para pedir
un desarrollo económico a cualquier precio, una rebaja fiscal para atraer
profesionales y directivos vascos que trabajan en Madrid o en el extranjero
que, como ganan más de 70.000€, no les resulta fiscalmente
atractivo venir a trabajar a Euskadi y, como no, la
desaparición del impuesto sobre el Patrimonio. Y para influir porque, como no
se vislumbra ningún escenario electoral en Euskadi hasta mayo de 2023…hay por
delante, por tanto, año y medio para trabajar sin presión electoral y por
tanto…548 días para la construcción de los pilares que asienten la Euskadi el
futuro.
No
creo que la Euzkadi del futuro deba asentarse en los pilares de un documento
desubicado temporal y socialmente. Es evidente que los datos no son el fuerte
de este informe. Si hubiesen querido que lo hubiesen sido habrían acudido a
fuentes oficiales de la Diputación Foral de Bizkaia para comprobar que el
tipo medio efectivo en el IRPF en este Territorio en 2019, último ejercicio
publicado, fue del 18,98%, muy lejos del 30,30% recogido por Zedarriak.
de fuentes del Instituto de Estudios Económicos. Pero, para determinados
colectivos, cualquier dato vale si se dice con contundencia y se repite de modo
insistente. Tanto vale que hasta llegan a creerse lo que dicen y hacen
afirmaciones tan contundentes como que en Euskadi tributaron en 2017 por el
Impuesto (del Patrimonio) 16.846 personas que ingresaron 185 millones de
euros y que si residieran en Madrid se hubieran ahorrado esa cantidad, para
continuar afirmando que, si no existiera el impuesto, esas cerca de 17.000
personas podrían destinar el importe pagado a consumir más y con ello aumentar
la recaudación del IVA, a ahorrar más y con ello pagar más por los rendimientos
de capital del IRPF, o bien invertir más en el capital de empresas contribuyendo
a su crecimiento y un mayor pago de los impuestos de sociedades y de IRPF ¡Toma!.
¡Y no sólo ellos! Cualquier persona podría hacer lo mismo con un ingreso extra
de semejante importe. O mejor dicho, eso mismo no, porque muchos empezarían por
sobrevivir ya que los casi 11.000€ por persona que, según sus datos, deberían
ahorrase son un importe superior a los 10.302,6€/año en que quedó fijado el
salario mínimo interprofesional en diciembre de ese mismo año 2017, cuando en
la Comunidad Autónoma Vasca había 108.300 parados según el INE.
Por
cierto, Zedarriak utiliza datos de 2017 cuando, como ocurre para el
IRPF, existen datos publicados del Patrimonio de 2019. Alguien ha comentado
estos días en prensa que nadie se había planteado repasar el informe y creo que
cometieron un error, puesto que habrían podido afinar sus fuentes, corregir los
datos mal copiados del Presupuesto
de la Comunidad Autónoma de Euskadi de 2022 y aprovechar para eliminar un
párrafo que supone un auténtico desconocimiento del sistema de Concierto
Económico y de la Ley de Aportaciones al afirmar que el Gobierno Vasco destina
dinero a cubrir déficits de explotación del sector público de Euskadi e incluir
a las Diputaciones Forales y Entes Locales entre los perceptores por ese concepto.
Otra
frase que identifica a las claras el horizonte propuesto por Zedarriak es
la que afirma que hoy en día el progreso social ha ganado el terreno al
progreso económico lo cual es una vía que anticipa una decadencia tanto
económica como social. Por si alguien no lo ha entendido lo
traduzco: hagamos que la economía crezca lo que haga falta para que yo pueda
seguir manteniendo mi estatus y dejemos de incidir en políticas de
redistribución de la riqueza que profundicen en la justicia social. Lo
contrario, según apuntan, es populismo. Da igual que los Objetivos de
Desarrollo Sostenible hablen de Promover el crecimiento económico inclusivo
y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos y de Reducir la
desigualdad en y entre los países. Lo que Zedarriak pretende es que
sus empresas tengan la suficiente fuerza laboral en el futuro para que
ellos sigan pudiendo aumentar su patrimonio y seguir apareciendo como
empresarios de pro, aunque algunos de sus miembros desde los cargos ejecutivos
que han ostentado en su vida profesional no hayan hecho lo suficiente por
mantener arraigadas en Euzkadi las empresas tractoras que impulsaron el
desarrollo económico en el pasado.
Desde
abril 2022 hasta mayo 2023, a pesar de lo que afirme Zedarriak, sólo hay
trece meses (y ya estamos en mayo) y precisamente los más problemáticos desde
el ámbito de contienda electoral puesto que las sedes de los distintos partidos
empezarán en breve, si no han empezado ya, a diseñar programas y candidaturas.
No creo, en consecuencia, que las Instituciones Vascas ni el Gobierno Vasco, al
que más directamente aluden, vayan a dedicar su tiempo a cambiar el rumbo de
sus políticas en la línea indicada por el colectivo, máxime cuando sus
políticas siempre han ido dirigidas por las ideas de desarrollo y justicia
social con el fin de conseguir que incluso los no pertenecientes a las mayorías
gobernantes pudieran llegar a reconocer que Euskadi destaca comparativamente
por su nivel de prosperidad, su riesgo bajo de pobreza, su elevada inclusión
social y las buenas condiciones de vida que disfrutan los ciudadanos. También
por su capacidad de resiliencia y la colaboración público-privada. Entonces,
¿para qué sacarnos del camino?
Temas
relacionados:
- Sus
Señorías los Empresarios.
- Los
ricos también lloran (y al fisco más).
Nota: Una versión reducida de este artículo fue publicada en DEIA y otros periódicos del Grupo Noticias.
ENHORABUENA Alberto!
ResponderEliminarExcelente análisis de las artimañas de determinados grupos empresariales para tratar de enredar y argumentar con MENTIRAS para tratar de"enderezar rumbos" para buscar hitos que solo les benefician a ellos.
No debemos permitir que nuestros "responsables" se aparten lo más mínimo del objetivo del REPARTO de la riqueza, del reparto de la PRESIÓN FISCAL acordé a los beneficios, de la cimentación de los SERVICIOS PÚBLICOS,etc.
Y si hay grupos de presión que no les sale a cuenta un futuro en el que TODOS vivamos mejor que vayan buscando acomodo dónde se les permita mantener su nivel de actitud antisocial.
En mi opinión llevamos años perdidos y hay un que apretar el paso.Basta de miedos a las amenazas de malas perspectivas económicas.
O se "colocan" y aportan a este país acorde a sus beneficios o que "descoloquen".
A la larga saldremos ganando seguro!!
Hombre Alberto, decir que los de Zedarriak tienen un desconocimiento del sistema del Concierto Económico cuando entre sus fundadores está Pedro Luis Uriarte, no es un argumento muy sólido, no?.
ResponderEliminarPor otra parte, tachar de actitud antisocial, como hace Joseba en el anterior comentario, viendo a otros fundadores como Juanjo Alvarez, tampoco parece muy realista.
No sé, habrá que seguir la pista de esta iniciativa, pero me ha extrañado la "belicosidad" en plan "cierre de filas", cuando últimamente tú mismo expresas tu "disidencia" respecto de la oficialidad 4.0.
Ah!, lo de argumentar respecto a los ODS, bien...pero anda que no hay tela por cortar, como decía Aitor Esteban el otro día en otro campo de juego.
Si no te importa, empiezo por el final. En los Objetivos de Desarrollo Sostenible se cree o no se cree. Creyendo puede ser dificultosa su consecución, dando marcha atrás en lo avanzado hasta ahora no se conseguirán nunca. No parece que nos podamos permitir conscientemente dar ningún paso atrás.
EliminarEn este blog expreso mis opiniones de acuerdo con mis convicciones sociales, económicas y políticas y no es la primera vez que trato en él temas similares al que me ha llevado a escribir este artículo. Para muestra las entradas señaladas al pie del mismo, aunque podría haber añadido también “Transición, ETA y contrarreforma fiscal en Euzkadi”. Leyéndolos supongo que podrás ver que no existe ningún “cierre de filas” con nadie, ni ninguna “belicosidad” especial contra nadie. Y, por supuesto, sigo siendo disidente con la oficialidad 4.0.
Además de a leer algún artículo de los señalados, te recomiendo releer este mismo, puesto que en ningún lugar digo que los de Zedarriak tengan desconocimiento del sistema del Concierto Económico. Permíteme la expresión, ¡faltaría PLUS!. El párrafo lo que dice es que si alguien hubiese repasado ese informe habría podido “aprovechar para eliminar un párrafo que supone un auténtico desconocimiento del sistema de Concierto Económico y de la Ley de Aportaciones”, distinto a todas luces a lo que comentas.
Por último, te agradecería enormemente que, por el cauce que consideres oportuno, pudieras darme a conocer tu identidad, es que no me gustan los debates con personas sin cara, ni ojos, ni nombre, ni apellidos.