Mi
primera intención fue titular este artículo “Metritis y Aeropuertitis”. Pero,
cuando hablamos de inversión pública y son muchos los millones de euros que
están en juego, creo que es mejor no andar con rodeos y decir claramente lo que
se piensa.
Efectivamente,
hay mucha parte de la opinión pública localista que sufre de “aeropuertitis”. Es decir, de la “enfermedad” de proponer la
construcción/ampliación de aeropuertos sin tener en cuenta las necesidades
reales la población que teóricamente se vería beneficiada de la nueva infraestructura.
Ni mucho menos aún, el coste que para las arcas públicas entraña la propuesta.
En un arco de, aproximadamente, 150 Kilómetros de Bilbao existen en la
actualidad 8 aeropuertos de mayor o menor tamaño: Santander, Burgos, Logroño,
Foronda, Hondarribia, Noain, Biarritz y Bilbao. Puedo decir que, por lo menos
en relación a 5 de ellos, he oído en alguna ocasión a grupos de interés o
instituciones públicas proponiendo la potenciación de su aeropuerto más cercano
mediante la realización de inversiones para su ampliación o la subvención a
compañías de bajo coste para que aterrizasen en sus pistas, sin valorar
realmente el coste/beneficio de tales medidas. Fuera de este entorno se han
dado auténticos despilfarros en inversiones en aeropuertos, baste recordar la
cabezonería del aeropuerto de Castellón, o del de Lleida. O la pretensión, ya
comentada en este blog, de quien en 2009 era Alcaldesa de Cáceres (95.855
habitantes) de que su ciudad necesitaba un aeropuerto. Por no hablar de las
subvenciones Ryanair, en este caso también en Euskadi. Pero, parece que nadie
escarmienta en cabeza ajena.