Parecía bastante claro que la defensa del Concierto Económico necesitaba un plus y se ha encontrado con un PLUS con mayúsculas. Quien fuera Consejero de Economía y Hacienda del primer Gobierno Vasco tras la dictadura y Presidente de la Comisión Negociadora Vasca que en 1981 recuperó para Bizkaia y Gipuzkoa el Concierto Económico y mejoró sustancialmente el de Alava, Pedro Luis Uriarte Santamaría (PLUS para amigos y conocidos), presentó el pasado 16 de noviembre en Bilbao una magnífica obra (sólo a uno del centro Bilbao se le ocurre llamar libro a 11 tomos que suman más de tres mil páginas) con el objetivo, según su propia exposición, de formar, concienciar, convencer, ilusionar, aportar, defender, prever e impulsar esta Institución tan nuestra, tratando de conseguir que sus lectores se conviertan (nos convirtamos) en un ardientes enamorados del sistema foral tradicional de Concierto Económico y nos transformemos en apóstoles, defensores y propagandistas del mismo. No me cabe la menor duda de que lo está consiguiendo. Su compromiso personal, que le ha llevado a dedicar dos años a la elaboración de este elemento divulgativo sin par, y la claridad de su exposición, que permite una fácil y amena lectura de un tema que, es obvio, no es precisamente un cómic, estoy seguro que tendrán como recompensa el reconocimiento social de Instituciones, y de particulares también, de este espléndido trabajo.
Debo reconocer que, aunque empecé su lectura por el
principio (“Nunca he escrito un libro” es
su primera frase tras la dedicatoria y los agradecimientos pertinentes),
pronto me decidí por la lectura de su “Parte Octava: En Defensa del Concierto”.
Lo hice por dos motivos: por conocer los argumentos de defensa utilizados por
quien tuvo que dirigir la “batalla” de la negociación en 1980 y, por qué negarlo,
por contrastar si elementos expuestos en este blog en mis anteriores artículos
sobre el tema estaban en línea con lo expuesto por tal insigne figura. En este
salto comprobé, además de que mis modestas aportaciones no iban nada
desencaminadas, la facilidad de lectura de esta obra donde cada capítulo es
como un fascículo, independiente, que no obliga a leer el resto, pero que sí
anima a hacerlo de un modo tranquilo y sosegado (ni el propio autor, en el tono socarrón que utiliza a lo largo de la
obra, aconseja leerse de una tacada semejante número de folios). Pero,
también observé la profundidad de su contenido y la solidez de su argumentario
lo cual me plantea serios problemas como ciudadano al ver cómo hoy en día, un
mes después de su presentación, algunos políticos demuestran poca claridad y
frescura en sus intervenciones públicas en defensa del Concierto Económico,
incluso en los recientes debates electorales televisados para todo el Estado.
El propio PLUS (espero
que no se moleste por tratarle por su acrónimo) en el acto de presentación
(que puede descargarse de internet, junto
al resto de la obra, en la dirección www.elconciertoeconomico.com, y lo recomiendo) se
mostraba contrariado con la poco contundente y la mayoría de las veces tardía
respuesta social a los ataques contra el Concierto Económico. Pues bien, si
esto antes no era entendible, ahora lo es menos ya que el autor nos ofrece
suficientes elementos para contrarrestar de modo adecuado los excesivos
estereotipos, acusaciones y falsedades con la que es atacado el Concierto,
muchas veces desde su desconocimiento, y que él agrupa en 3 calumnias, 4
“errores”, 8 ataques políticos y 7 críticas técnicas al Concierto Económico.
Toda una batería de temas y de ideas para reforzar dialécticamente, y con
conocimiento, a quienes quieran (y, por
supuesto, a los que deban) colaborar en su defensa y, en la que desde luego
no podían faltar la calumnia de que el Concierto Económico se
concedió por presión de ETA, el
“error” de que España quebraría si se extendiese el Concierto Económico a todas
las Comunidades Autónomas, los ataques
de que es un privilegio y no cumple los principios de igualdad y solidaridad, y
la crítica técnica de que el porcentaje de contribución de Euskadi al
sostenimiento de las cargas del Estado es muy bajo.
Sin embargo, opino (y
supongo que el autor no me echará la bronca si aventuro que él también) que
las ideas y argumentos son para ser utilizados inteligentemente, en
cualquier circunstancia y en cualquier foro. Y he subrayado inteligentemente
porque creo que no hay nada peor que la demagogia para defender cualquier idea
y más cuando se tienen argumentos más que suficientes para hacerlo. No entendí,
en consecuencia, los titulares en medios de comunicación defensores del
Concierto Económico en los que se afirmaba que “Euskadi pagó al Estado 4.400
millones de más por el Cupo” elevando al carácter de titular el análisis que el
autor hace del supuesto de que el Cupo tuviese que pagarse con referencia a la población y
no la renta de la Comunidad Autónoma Vasca. Un supuesto didáctico que al
elevarlo a titular desvirtúa la realidad de que, desde 1981, los vascos hemos
pagado al Estado aproximadamente lo que deberíamos haber pagado en función a
nuestra renta que, además de un criterio solidario por su carácter redistributivo, es el que aparece en las
Leyes de Concierto Económico que han estado vigentes desde entonces. ¿Alguien
se atrevería a proponer que todas personas, fuese cual fuese su nivel de renta,
pagásemos el mismo IRPF? ¿Verdad que no? ¿Entonces por qué jugamos
demagógicamente con el hecho de que Euskadi ha contribuido por encima de lo que
le correspondería por población? Este tipo de titulares, en los tiempos en los
que vivimos, en los que más de 164 caracteres es un libro, no acarrean nada más
que comentarios críticos contra quienes, según el “argumento” no debieran haber
pagado esos 4.400 millones de euros. Desde luego, si el argumento fuese cierto,
yo mismo estaría sosteniendo la pancarta pidiendo la dimisión de quienes
hubiesen consentido semejante despilfarro.
Pero la obra de Pedro Luis Uriarte no acaba con el
análisis del pasado, sino que realiza una serie interesante de propuestas de
cara al futuro del Concierto Económico agrupadas en diez recomendaciones de
carácter político, seis sugerencias hacendísticas, siete apuntes para
fortalecer el concierto, cuatro líneas de mejora en la difusión del Concierto,
seis propuestas para mejorar la difusión del Concierto y cinco ajustes en
cuestiones de gestión, para concluir que “lo
bueno se puede mejorar y lo mejor también”.
Un cúmulo de propuestas donde se incluye, entre otras, negociar
satisfactoriamente la próxima Ley Quinquenal de Cupo y cerrar las diferencias
existentes con la Administración del Estado, repensar la Política
Presupuestaria vasca a largo plazo, ofrecer la posibilidad de
extender el Concierto Económico a otras Comunidades Autónomas, establecer un
porcentaje de contribución a los gastos del Estado que no sea fijo, terminar
con el régimen privilegiado de tributación de determinados colectivos, y divulgar
y propagar más el Concierto en Euskadi, explicarlo más y mejor fuera de la
Comunidad Autónoma Vasca y difundirlo internacionalmente. Propuestas con las
que se podrá estar, o no, de acuerdo, pero propuestas todas ellas para el
debate. Si diariamente nos cuestionamos en qué se gasta el dinero público, no
podemos dejar de analizar también las propuestas para la mejora de los
instrumentos que en la Comunidad Autónoma Vasca lo hace posible: El Concierto
Económico y, consecuentemente, el Cupo.
Seguiré leyendo por “fascículos” la obra de Pedro Luis
Uriarte Santamaría “El Concierto Económico Vasco: Una visión personal” (a la vez que he mejorado mis conocimientos
sobre el Cupo y el Concierto he aprendido también la técnica, utilizada en este
artículo, de incluir entre paréntesis y en cursiva comentarios personales para
hacer más ligera la lectura del texto) y espero que en breve se publique su
versión para “ninis” (personas que ni tienen conocimientos del
tema, ni tiempo para dedicarle) de modo que no haya nadie, al menos en este
País, y mucho menos entre quienes ostentan responsabilidades políticas, que
pueda alegar (ni padecer)
desconocimiento sobre un tema tan importante para nuestro vivir cotidiano.
Seguro que es un nuevo “PLUS” para el Concierto Económico.
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