sábado, 31 de mayo de 2014

€lecciones para tomar nota

Si algo puede decirse de estas elecciones, después de varios días de análisis por parte de todo el mundo, es que a nadie ha dejado indiferente. En principio las Elecciones Europeas del pasado 25 de mayo parecían unos comicios en los que los resultados habría que analizarlos en el Estado en clave interna (conflicto catalán, consecuencias de la gestión de gobierno,…) y tendrían una abstención histórica, consecuencia de la lejanía para el ciudadano de las Instituciones Europeas y el desencanto social con la política y más concretamente con las medidas anticrisis adoptadas. Sin embargo sus resultados han provocado un gran shock como consecuencia de la irrupción de Podemos en el mapa político y las consecuencias a futuro.

Tengo que reconocer que yo también estaba en esa onda, hasta el punto que había decidido pasar absolutamente de la campaña electoral y que mi decisión de acudir a las urnas estuvo más motivada por la obligación de militante de un partido político que por las consecuencias de mi reflexión como ciudadano. Cada vez soy más euroescéptico, en el sentido de que no creo que la Europa que se está montando vaya a poder ser controlada por los ciudadanos, como lo hemos visto en las mediadas anticrisis adoptadas, y si los ciudadanos no pueden controlar el poder, ¿quién lo controla?


Pero, a mí tampoco me han dejado indiferente algunos aspectos de estas elecciones: en primer lugar la campaña electoral. Sí, he dicho que había decidido pasar de ella, pero fue imposible abstraerse de las mareas mediáticas originadas por las declaraciones de Miguel Arias Cañete, tras su debate televisivo con la candidata socialista, y la encerrona preparada al Alcalde de Sestao, Josu Bergara. En ambos casos quedó patente el tic de los partidos políticos en proteger a sus representantes pase lo que pase, aunque con distintos matices.

El candidato popular tardó varios días en pedir disculpas y fue disculpado por su partido por el cansancio de la campaña. El alcalde nacionalista, por su parte pidió disculpas personalmente de forma prácticamente inmediata ante la ciudadanía en general y ante diversas asociaciones de inmigrantes de forma individualizada y tanto la candidata de ese partido a las elecciones europeas, Izaskun Bilbao, como otros representantes de esa formación que fueron abordados por los medios de comunicación en los últimos días de campaña recriminaron sus palabras. Además, la ejecutiva del Partido Nacionalista Vasco en Bizkaia sacó un comunicado censurando también la actuación de su representante en Sestao, aunque suavizando las palabras con la indicación de que habían sido manipuladas (cierto), que habían sido dichas en un ambiente de mucha tensión (cierto) y que había pedido disculpas por ello (también cierto). Sin embargo, a mi juicio, perdió una magnífica ocasión para criticar sin paliativo alguno que  “a hostias” no se hace política en ningún país democrático y que ningún representante público puede alardear de incumplir la Ley. Es más, cualquier manual de ética reclama la dimisión de quien es pillado en ello, incluido el aprobado por el Gobierno Vasco dirigido por el propio PNV.

La noche electoral  también tuvo interesantes cuestiones que analizar. En primer lugar, la abstención, contrariamente a lo pensado, fue inferior a la habida de la las anteriores elecciones 54,16%, frente a 55,10%, resultando importante para ello lo ocurrido en Catalunya donde en 2009 dejó de ir a las urnas el 63,06% de los votantes con derecho a hacerlo y el domingo “sólo” decidió quedarse en casa el 52,37%. En Euskadi, por su parte, la participación también creció más de tres puntos quedando, sin embargo, 1,3 puntos porcentuales por debajo de la del Estado.

Algo que llama la atención en este punto es que nadie se cuestione en serio la legitimidad de unas elecciones en las que en el conjunto de Europa va bajando la participación elección tras elección y donde países como Eslovaquia han elegido a sus representantes el 19,64% de los ciudadanos con derecho a voto. En gestión de personas es famosa la frase de que “un buen líder es aquel que dice hacia donde hay que ir y todo el mundo le sigue”. En el tema de la construcción europea (de esta construcción europea) parece que hay muchos que se llaman líderes diciendo hacia donde hay que ir, pero la mayor parte de la ciudadanía decide quedarse en casa a la hora de elegirles. Una cuestión que para mí tiene mayor transcendencia en Euskadi donde llevamos 36 años proclamando que la Constitución Española no la aprobó el Pueblo Vasco por que la mayor parte de sus ciudadanos decidió abstenerse.

 La hora de los resultados también dejo lugar para unas notas. El Partido Popular siguió con el tipismo de las noches electorales destacando que habían ganado las elecciones frente a los socialistas y ocultando la sangría de votos que habían dejado en el camino. Los socialistas, sin embargo, no podían ocultar la suya y tanto la candidata del PSOE en estas elecciones, Elena Valenciano, como el Secretario General del PSE, Patxi López, reconocieron inmediatamente una derrota sin paliativos. En Catalunya, además del ya mencionado incremento de la participación, era noticia la victoria de Esquerra Republicana y el fuerte apoyo recibido por los partidos favorables a la consulta sobre la relación Catalunya-Estado. ¿Y en Euskadi?

En Euskadi había dos ganadores: el PNV, que había ganado en la Comunidad Autónoma Vasca y en los 7 Territorios Vascos, y EH Bildu, que lo había hecho en Hego Euskal Herria. Los herederos políticos de Herri Batasuna “reconocían” electoralmente un ámbito territorial que no reconocen en el quehacer diario de su política y ocultaban los primeros signos de cansancio de sus electores en municipios donde ejercen el gobierno. El Partido Nacionalista Vasco hacía alarde de su hegemonía en la Comunidad Autónoma olvidado que la victoria de su principal contrincante electoral en Araba y Gipuzkoa puede trastocar seriamente el equilibrio de fuerzas en las próximas elecciones Forales, que el papel de las siglas PNV en Navarra es meramente simbólico (2,52%) y que la victoria en los 7 Territorios de Euskadi era simplemente porque EH Bildu, en otro alarde de “coherencia política” no había presentado candidatura en Ipar Euskal Herria.

No obstante, lo más importante se ha producido en los días siguientes a las elecciones. La descomposición en cadena de la organización socialista con la renuncia del Secretario General del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, a la que le seguían, de momento, la de los Secretarios Generales de Navarra y Euskadi, con la consiguiente convocatoria de Congresos Extraordinarios. Unos hechos que, junto con la probable elección de su nuevo líder por sufragio directo de sus militantes parecen reconocer abiertamente que la irrupción de Podemos de la mano del tertuliano Pablo Iglesias en la escena política ha conseguido que se empiecen a desperezar los grandes partidos tradicionales.

No comparto las ideas de Pablo Iglesias y menos su intento de proletarización de la actividad política, que como ya apunté en el post “Regeneración Política” lo único que conseguirá es que cada vez sean menos las personas válidas que se decidan a dar el paso a participar en la gestión de lo público. Pero hay que reconocerle el mérito de haber conseguido más de 1,2 millones de votos y obligar a pensar al resto que ya nada volverá a ser como antes.

Creo que ha habido un problema de instrumentos y fines y que los problemas de desafección de los ciudadanos por la política  se han dado cuando los partidos y las Instituciones se han convertido en un fin en sí mismos y han dejado de ser instrumentos al servicio de las ideas que representan y de los ciudadanos a los que tienen que dar soluciones. Ese parece ser el camino que quiere seguir Podemos y, evidentemente habrá que contrastar en el futuro, más si les llega la hora de ejercer el poder en el futuro en alguna instancia. Pero si, como los malos estudiantes, los partidos tradicionales piensan que han tenido un mal día y que están suficientemente preparados para que nada de esto les afecte sin necesidad de replantearse nada, corren el gravísimo riesgo de que, la próxima vez que se examinen, los ciudadanos, haciendo uso de su derecho a decidir, les otorguen un soberano suspenso.

Unas elecciones de la que nadie esperaba nada y en las que nadie, aparentemente, se jugaba mucho, han hecho que se derrumbe la estructura ejecutiva del partido más viejo del Estado. ¿Quién será el siguiente?

1 comentario:

  1. El derrumbe de la estructura ejecutiva del partido más viejo del Estado se venía barruntando hace tiempo, estas elecciones sólo han sido la excusa, ni siquiera la puntilla.
    Y en relación al análisis electoral, hay dos cuestiones que me hacen afirmar que estos resultados no son extrapolables a otras contiendas; la moderada abstención y la intencionalidad del voto de muchos electores, la del castigo.

    ResponderEliminar