jueves, 13 de febrero de 2014

Nuevas elecciones, nuevas propuestas de participación ciudadana


En mayo empieza de nuevo a girar la rueda de los distintos procesos electorales. Primero Europeas, el año que viene Municipales y Forales en Euskadi y Autonómicas en la mayoría de Comunidades Autónomas de Estado, más tarde Generales, luego Autonómicas en Euskadi.... En realidad, llevamos muchos años en continuo proceso electoral y, sin embargo, cada día es mayor el distanciamiento de la ciudadanía de la política y de los políticos. ¿Por qué?


En estos días se está hablando mucho de la participación de la ciudadanía en la elección de los candidatos y de que este proceso fomentaría un mayor interés de los ciudadanos en la política. También se debate sobre las consecuencias que está teniendo distintos parlamentos (Cataluña y su proceso de consulta, Congreso y Ley del aborto...) la figura de la disciplina de voto, vista como una obligación y algo lógico desde las estructuras de los partidos, y como algo injusto y poco democrático para los votantes de los partidos políticos afectados que están de acuerdo con los "disidentes".

Estos temas han sido planteados la semana pasada en el Grupo de LinkedIn "Coaching Político" por Enrique Sacanel, coordinador del mismo y con quien tuve el placer de coincidir en mi época de Concejal en el Ayuntamiento de Getxo. Enrique era por aquel entonces el responsable de los Servicios Sociales.

Como origen del debate situó un artículo publicado en el diario El País el pasado 5 de Febrero bajo el título Disciplina y Electorado. Un artículo interesante y un debate, igualmente, interesante.

En mi opinión, el proceso de elección de candidatos es cada vez menos participativo, incluso dentro de los propios partidos. Pero, no veo clara la fórmula que anime a éstos a convocar un sistema de participación en la elección de los candidatos que van a conformar sus listas electorales, de cualquier tipo, y al tiempo les permita controlar que el proceso no se vea influenciado malévolamente por las otras formaciones políticas.

            El partido socialista ha elegido el sistema de primarias abiertas. Veremos qué resultado le dan. Hay que recordar que sus primeras primarias fueron nefastas para el elegido (Borrel) y para el propio partido que no supo asumir la victoria del opositor al "aparato" del partido.

            Quizás un modelo a explorar fuese el de las listas cerradas, pero no bloqueadas. Sistema en el que el elector puede elegir, al tiempo que bota al partido (lista cerrada), a los candidatos que desee entre la lista que presenta éste con un número de candidatos superior al de puestos a cubrir (no bloqueada).

            Es mi primera propuesta. Pero, a mi entender sólo resolvería uno de los problemas de la participación en la elección de los candidatos. Quedaría otro tema, desde mi punto de vista más importante, sin resolver: ¿qué van a hacer estos candidatos durante su mandato? O lo que es lo mismo: ¿cómo se elaboran los programas electorales? ¿Qué grado de vinculación existe entre los candidatos y el programa? ¿Pueden participar los electores en la elaboración de los programas electorales?

            Sabemos que estamos a menos de 100 días de las elecciones al Parlamento Europeo, y en la prensa empiezan a ser frecuentes las noticias sobre coaliciones y candidatos. Algunos, incluyo, han elegido ya a los suyos: unos con participación de su afiliación y otros mediante la propuesta-designación de los responsables del aparato. Pero ¿para qué van a servir estas elecciones? ¿Qué van a hacer estos candidatos?

Debo confesar que cada día soy más euroescéptico, sobre todo de ver el contenido de las medidas que han exigido los dirigentes de esta Europa a algunos Estados miembro para salir de la crisis. Personalmente hubiese preferido el modelo islandés. Es decir, recluir en la cárcel a los políticos y banqueros responsables de la crisis y efectuar una quita a las deudas generadas con los países instigadores de la burbuja financiera.

De cualquier modo, creo que no hay tiempo para que los partidos realicen para estas elecciones un proceso de participación ciudadana. Sin embargo, la próxima estación  la constituyen las elecciones locales, las más cercanas a la ciudadanía y, por ello, las más susceptibles de que se fomente la participación en la elaboración de los programas electorales: mi segunda propuesta.

            He conocido el caso de algún Alcalde que elaboró las líneas maestras de su programa electoral unas horas antes de presentarlo a la prensa junto al responsable regional de su partido. Y  también  a varios Concejales que elaboraron sus líneas maestras de Gobierno tras bucear en los problemas reales de sus áreas responsabilidad que les eran prácticamente desconocidos antes de su nombramiento. Evidentemente, esto fue hace muchos años y, aunque los aludidos hicieron un buen trabajo (el Alcalde es a decir de la muchos, el mejor Alcalde que ha conocido su pueblo en esta etapa democrática), afortunadamente la elaboración de los programas electorales es hoy en día más sofisticada. Se realizan sondeos y encuestas en las que se pulsa la opinión de la ciudadanía sobre diversas cuestiones. Pero sigue sin existir un auténtico proceso de participación ciudadana.

            Creo que la responsabilidad de la elaboración de los programas electorales sigue correspondiendo a los partidos políticos. Hay que entender que su razón de ser es la de reunir en su seno a personas que, por su ideología, tienen (o debieran tener) un enfoque similar a la hora de enfocar los problemas de la sociedad en la que viven y que, por el mero hecho de ser militantes de un partido, ya han demostrado su interés en participar en los debates de tales soluciones. Pero, entiendo que esta oferta debe tener un punto de apertura a la sociedad antes de la campaña electoral.

            Propongo para ello que, una vez elaborados por los partidos, los programas se divulguen a través de reuniones con distintos grupos sociales que puedan verse afectados por las políticas sectoriales, que se publiquen en distintas redes sociales para divulgación de su contenido  y que, en definitiva, se den a conocer por diversos canales de comunicación en busca de nuevas ideas y alternativas a lo inicialmente planteado. No se trata de incorporar cualquier tipo de propuesta, sino de pulsar la opinión de la sociedad e incorporar, tras el correspondiente debate interno, aquellas que coincidiendo con el enfoque de cada partido quiera dar a su sociedad, mejoren la oferta inicial de éstos.

            El proceso puede ser un poco largo, quizás, pero posibilitaría el contraste de los “ideólogos” del programa con la sociedad, de quienes están planteando qué hacer con quienes van a votar a un partido u otro, de quienes pueden ser eventuales candidatos con sus posibles electores. Un proceso que debería ser anterior a la propia designación de los candidatos en los partidos y que ayudaría a estas organizaciones a conformar las candidaturas con las personas (militantes o no dependerá de las decisiones de cada uno de ellos) más comprometidas con el programa definitivamente aprobado.

            Además, si las listas fuesen cerradas y no bloqueadas (mi primera propuesta), cada persona podría elegir, de entre los candidatos propuestos por el partido al que fuesen a dar su voto, a aquellos que en su opinión, y según lo visto en los debates del programa o en la propia campaña electoral, fuesen a defender mejor sus intereses como ciudadano.

            Es cierto, este sistema eliminaría de las listas a aquellas personas que actualmente aparecen como reclamo para los electores y que, bien por voluntad el partido o de ellas mismas, no tienen intención de ocupar el cargo. Pero, a cambio, las listas se nutrirían con personas dispuestas a trabajar por su sociedad, en base al programa de su partido sí, pero conocedoras también de que si salen elegidos lo serán por los votos directos de sus electores, frente a otros candidatos que también tenían como misión defender el mismo programa. 

Como indican Xavier Coller y Guillermo Cordero autores del artículo de “El País” se trata de generar candidatos que se parezcan más a los ciudadanos y menos a las cúpulas de los partidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario