Hace
ya un tiempo que iniciamos el confinamiento en el domicilio y algo más desde
que el primer caso de coronavirus apareció en Euzkadi. A lo largo de estos
días, y prácticamente desde el primero de ellos, hemos visto a cantidad de capitanes
del día después despotricando sobre lo mal que lo están haciendo nuestras
autoridades. Según ellos, se habían hecho pocos test en relación con otros países
como Corea o incluso sobre los que se hacían en otros países europeos, tampoco
el material para los sanitarios era el adecuado por una imperdonable falta de
previsión. Era necesario llamar a la UME e implantar hospitales de campaña en
el BEC siguiendo el “sabio” ejemplo de la primera potencia económica del
Estado, Madrid. Cualquier cosa ha servido para hacer leña de Osakidetza y, de
paso, atizar al Lehendakari Iñigo Urkullu. Otros aprovechaban el estado de alarma para
uniformizar directrices y competencias bajo un mando único. Vamos, para sabios
propios y ajenos la gestión vasca era un desastre y todos ellos sabían cómo se podía hacer
mejor.