El
pasado viernes día 30 acudí a la jornada que bajo el título “Transparencia en
la Administración Pública” organizó Q-epea (Entidades Públicas Vascas por la
Excelencia) en el marco de la XXI Semana Europea de Gestión Avanzada. La
jornada, que contó con dos partes diferenciadas, una de corte más legal y otra
de índole más práctica, planteó en varias ocasiones la duda de si estamos ante
otra moda o si, por el contrario, la transparencia en nuestras instituciones es
cuestión que viene a quedarse. Dicho de
otro modo, si la actuación de las Administraciones en este ámbito es un mero
truco para conseguir no ser señaladas por la opinión pública o si, por el
contrario, supone un trato con la ciudadanía para lograr una mejor información y
una mejor rendición de cuentas ante ésta que, en definitiva, es la razón de ser
de las propias instituciones.
La
sesión ofreció varios ejemplos de ambas cosas pero, en mi opinión, todavía
estamos lejos de la consecución del trato. La remisión continua a las leyes,
con sus contradicciones, y la falta de una revisión crítica de las causas que
nos han traído hasta la situación actual y, en consecuencia, de por dónde se
debiera avanzar en el futuro, es lo que me llevó a formarme esta opinión.